" -Yo... No puedo escucharte. "
La vida de Mitsuba era miserable, de un día a otro no podía escuchar El trinar de los pájaros. Pero las cosas cambiarían cuando una " luz " llegará a su vida.
• Deaf ! Mitsuba au
• Au dónde todxs están vivos y viven e...
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El chico veía a la ventana de su habitación, sin nada más que hacer.
Tenía mucho frío, a la vez, calor. Su fiebre subía cada vez más y más, aunque no lose encontraba una temperatura elevada y en poco tiempo comenzaría a ponerse más meloso siendo este el caso.
Se cubría más con sus cobijas, gracias al extraño termostato de su cuerpo. Al menos sus hermanos estaban mejor, pensaba. Para Teru eran una de las cosas más importantes en su vida, y haría de todo por ellos, es por eso que no le importaba enfermar con tal de que los menores estuvieran bien.
Su cabeza dolía más que mil infiernos, quizá debería dormir, pero simplemente no podía. Además, estaba esperando a Aoi, la ilusión de estar a su cuidado era algo bonito.
Para pasar el tiempo, se puso a recordar buenas memorias. Algunas fechas, navidades, halloween, sus cumpleaños y los de sus hermanos. Recordaba cuando le hicieron una fiesta sorpresa a Tiara, su reacción fue la más tierna, río.
Cuándo se enamoró.
Oh, ese de seguro era un buen recuerdo.
Nunca le había gustado una persona en la vida, así que pensó que por defecto, y por supocisiones de la gente que lo rodeaba, algún día conocería una amable y linda señorita para casarse con ella, pero cuándo lo conoció, las cosas cambiaron radicalmente, el puso su mundo de cabeza.
Nunca había conocido a alguien que no lo viera como un ser de perfección absoluta, pero allí estaba el, haciéndolo sentir como una persona más, como un humano que siente y se equivoca, al final del día. Aquello fue una de las primeras cosas que lo hizo notarlo.
Destacaba con gratitud como vicepresidente del consejo estudiantil, también recordaba el día en cuál lo destronó de su perfecto número uno en la tabla de calificaciones, ese día lo marcó.
Simplemente no podía dejar de ser atraído a el, igual como un imán, por más que lo intentara, no lograba sacarle los ojos de encima, había algo en ese chico que lo hacía ser, diferente a los demás, especial. O bueno, así fue al principio.
Descubrió que el de lentes tampoco era perfecto al igual que el, que eran parecidos, y mientras iba buscando saber más adentro de su persona, se encontró con sus lindos ojos, delicadas y largas manos, y fino cabello, con el que le gustaría jugar todo el día.
Fueron meses en la que su relación evolucionó de “ enemigos ”, a amigos, y desde aquel punto, Teru por fin pudo descubrir porque no podía sacarle los ojos de encima al chico de ojos café rojizos, se había enamorado de el.
Sin embargo, Teru sabía que al menos de momento, su amor era uno imposible, ya que el dueño de sus pensamientos ya estaba enamorado de otra persona, una linda señorita, que a sus ojos, no lo valoraba bien, no como el lo haría. Rompía su corazón el verlo así, ¿Por qué no podía darse cuenta de que el estaba ahí? Ahora el era quien quería llamar su atención.
