" -Yo... No puedo escucharte. "
La vida de Mitsuba era miserable, de un día a otro no podía escuchar El trinar de los pájaros. Pero las cosas cambiarían cuando una " luz " llegará a su vida.
• Deaf ! Mitsuba au
• Au dónde todxs están vivos y viven e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mitsuba se encontraba extrañado, sumamente extrañado.
Estaba sentado en la cama de su madre hace aproximadamente media hora, según el. ¿Y para qué? Para mirar como simplemente sacaba y botaba prendas de ropa de su armario de forma exasperada, no siquiera sabía porque tenía tanto apuro, el había estado con pijama desde la mañana, era domingo, después de todos. El muchacho de esta forma decidió preguntar sobre la situación.
—Mamá, ¿Que te pasa? —Soūsuke la miraba extrañado, para que la mencionada se diera la vuelta, quedando frente a el. La mayor se arrodilló para quedar a su altura, confundiéndolo aún más.
—Mitsuba, mi niño. —Señaló con preocupación—. N-Necesito que me ayudes a elegir un atuendo bonito, tu sabes de estas cosas, ¿No es así?
—Por supuesto que sí, ¿Por quién me tomas? —Bufó egocéntrico—. Pero aún así… ¿Por qué pareces tan preocupada, tienes otra cita con el papá de Amane?
—A-algo así, pero ahora es realmente importante, luego te explico, ¿Bien?
Lo miró con una expresión que derrochaba súplica, a la cuál el de pelo rosa no se pudo resistir, ¿Cómo no ayudar a su madre? De esa forma, en menos de 5 minutos, Soūsuke realizó eso que su madre no pudo hacer en más de 30 minutos, la mujer estaba encantada, lo abrazaba agradecida, el pelirrosa realmente quería a su madre. Aún así, el adolescente no podía evitar el mirarla con una mirada de duda, volviendo a repetir su pregunta. Su madre lo observó de forma nerviosa otra vez.
—Verás Soū, lo hemos discutido con Yugi y decidimos que quizá ya era tiempo de… ¿P-presentar a nuestras familias?
Por unos instantes reinó un silencio tremendo en la sala, con un incómodo contacto visual que se convirtió en disgusto por parte del más bajo, quien finalmente decidió tomar la iniciativa para romper el aura que se vivía.
—Es joda, ¿No?
—Lo digo totalmente en serio.
—¡Absolutamente no mamá! ¡Mil veces no! —Se negaba rotundamente, en parte sintiéndose traicionado, la verdad es que su madre entendía totalmente a su hijo, tenía todo el derecho del mundo, pero realmente deseaba hacer esa cena, quizá por fin de esa forma se cerraría el ciclo de odio que había entre los menores—. ¡¿Siquiera pensaste en mí?!
—¡Cómo no podría hacerlo, eres mi hijo, y se lo que ocurrió hace unos meses, pero–!
—No pienso ir.
—¡Por favor, Soūsuke, prometo que Tsukasa cambió, su padre me lo dijo, no te hará daño!
—¡Me da igual! —Reclamaba, ambos daban vueltas por la habitación, armándose un pequeña discusión que terminó en que Soūsuke parara en seco de repente—. Jamás, ¡Jamás! Voy a volver a la casa de los Yugi.
