Finalmente llegó la noche, ambos chicos estaban recostados en la misma cama, como siempre, tratando de dormir.
Luego de ver la película la madre del pelirrosa pidió comida rápida y luego Mitsuba le pintó las uñas, el día no había terminado tan mal después de todo, sin embargo aún no podía quitarse la incógnita que había en su mente, aunque ahora no con tanta intensidad, el sentimiento de ser una mala persona aún le retorcía el estómago.
—¿Soūsuke? —Tocó su hombro, haciendo que este se diera vuelta. En realidad no estaba durmiendo, no tenía sueño en lo absoluto, de hecho, estaba esperando ese momento, el cuando le dijiera y aclarara lo que había pasado esa tarde.
El más alto inclinó su cabeza, fingiendo confusión, para quedar de frente con el, después de todo, no entendería lo que diría sin verlo. El contrario estaba con una expresión apenada, Mitsuba no pudo evitar sentir pena al verlo así.
—Hoy... Mi hermano llamo, dijo que volviera a casa y que era lo peor... Aunque estoy tratando de no hacerlo, no puedo dejar de pensar en eso, así que, Mitsuba, ¿Crees que soy una mala persona? —Preguntó Minamoto de forms triste.
—No, Kou. —Habló, mientras se acercaba más a él, acariciando su rostro—. No lo eres, eres en efecto la mejor persona que he conocido en mi ya no tan miserable vida.
—¿C-cómo? —Si es que Kou fuera un perrito, se podría ver cómo claramente comenzaría a agitar la cola con felicidad.
—Tu... Eres el más genial, y amable, y todas esas cursilerías. Me salvaste la vida y estás aquí conmigo siempre, de verdad eres la mejor persona que pude haber encontrado. —Se acercó un poco más—. Y aunque te pusieras todos los aretes más feos que fuera a ver, seguirías siendo el chico con el mejor corazón del mundo, tu... No sabes cuánto significas para mí, te aprecio demasiado, Minamoto Kou, gracias por estar ahí. En serio te quiero.
Por alguna razón, no lo había hecho llorar, ese discurso solamente había logrado entibiar su extraño corazón, mientras sentía sus mejillas sonrojarse.
—Tu, ¿...Lo dices en serio? —Habló con lentitud, mientras se perdía en los bellos ojos de Soūsuke, comparados al brillo de la noche parecían resplandecer aún más. Si tuviera que elegir entres esas rosadas pupilas y la luna que alumbraba al cielo, se sumergiría en la primera opción sin pensarlo.
Para el mencionado era algo parecido, el ambiente había tomado un giro de tuercas, pero no le molestaba en lo absoluto, ¿Desde cuándo la piel de Minamoto era tan suave?, Pensaba. Ante la pregunta, asintió con lentitud, embobado.
De esta forma, lentamente, sus pensamientos se fundían en uno, y pausadamente, sus rostros se acercaban hasta que sus nucas se juntaran. Mitsuba Soūsuke y Minamoto Kou se estaban besando. Siendo únicamente la luz de la luna quien les podía hacer de testigo, y sus acelerados corazones.
Fue tan solo un piquito, un beso corto, inexperto, y algo de lo que quizá reirían en un futuro, pero se sentía tan pacífico que no les importó, aún si no era un momento tan romántico como el de una película, se sintió especial, dándose de forma natural. A ese beso le siguió otro pequeño, que no tuvo diferencia con el primero, ya que aún siendo algo tan simple, se sintió como un momento que recordarían siempre.
Al separarse, ambos podían ver el brillo mágico en los ojos del contrario, como si de un trance se tratara, mas no como uno malo, como una pequeña burbuja dónde solo estaban ellos dos. Ellos y su pequeño beso inexperto, dónde no era necesario el sonido para expresar mil y un sentimiento a la vez, dónde todo era simplemente bello.
La burbuja entonces pareció reventarse tal como se infló, cuando a los dos chicos se le empezaron a subír los colores a la cara, entrando en conciencia de lo que acababan de hacer.
—Dios. —El más alto llevó una mano a su boca de la impresión, mientras que Kou hacía lo mismo, pero con otra intención, el lo hacía recordando lo que había pasado, aún algo en Shock.
—Ese fue... —Señaló, aún no creyéndose lo que iba a decir.
—Mi primer beso. —Le complementó, para negar con la cabeza, nervioso—. N-no... No hay forma.
—Eso... No me disgustó.
—A mí tampoco. —Replicó de forma instantánea, como si de forma automática se tratara—. Y eso es lo que me asusta.
Sin embargo Minamoto aún se sentía en las nubes, los labios de Mitsuba se habían sentido como comer algodón de azúcar, dulce y suave, algo reconfortante, cómodo. Aún si fuera un chico, no tendría problema en hacerlo una, y otra, y otra vez, hasta que se le durmieran los labios. La sensación que había experimentado hace tan solo un par de minutos había sido la mejor que había tenido por lejos.
—No... —Mitsuba volvió a negar, riendo nervioso—. S-solo somos adolescentes hormonales, eso debe ser, sí, claro, es obvio, al estar al lado de alguien tan lindo como yo, ¿Quién no pensaría eso? —Volvió a reír, tratando de aligerar la situación.
—Olvidemonos de esto, ¿Sí?, Nunca pasó, solo... No. —Se levantó de la cama, mirando hacia abajo—. Iré a dormir al sillón, quédate en la cama.
Y Mitsuba se fue de la habitación, cerrando la puerta y dejando tras ella ese momento que habían vivido. Al cerrar el portón apoyó su espalda en la puerta, hasta llegar al piso. Se cubrió la boca nuevamente, completamente sonrojado.
¿Que había sido eso, por qué se había sentido tan bien? No podía olvidar los labios del rubio, con sabor a menta radiante, tan radiante como el. Eso no había sido obra de sus hormonas, el lo sabía, solo era una mentira para escapar de la situación.
Se dirigió al sillón, dónde se recostó con una manta, pensando en eliminar aquellos abrumadores sentimientos qué no lo dejaban tranquilo. De momento los forzó hacia adentro, pensando que se irían en la mañana o en unos días. A él no le gustaban los chicos, ni Kou, ¿Cómo le iba a gustar alguien con un arete tan tonto?, ¿A él, a Mitsuba Soūsuke? ¡Claro que no! Refunfuñó, dejando que su orgullo se antepusiera a sus sentimientos.
Y de esa forma se fue a dormir, pero aunque inventara cualquier excusa, no podía olvidar los frescos labios de su mejor amigo, y el sentimiento que le habían provocado.
Por otra parte, Kou había reaccionado de una forma totalmente distinta, y a la vez nueva.
Ni siquiera pensaba en lo que conllevaría, solo podía recordar la experiencia que vivió, en su corazón acelerado, en los rosas orbes del chico más alto que lo llevaron a sentirse como loco internamente.
Quería hacerlo de nuevo, quería tomar su mano y decirle que tan cálida la sentía, al igual que su corazón cuando estaba junto a el. A este punto le daba igual que fuera un chico, ¿finalmente que importaba ser hombre o mujer? El sentimiento que sentía no se lo cambiaría nadie.
Sus intenciones de retroceder en el tiempo, parecían nulas, y con simplemente el recuerdo de sus bocas unidas en su memoria, más los demás hermosos y desconocidos, inciertos pensamientos que se le cruzaban. Pensándolo y a la vez no mucho, pudo llegar a una conclusión.
—Mierda, estoy enamorado de Mitsuba.
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" Luz. " - Mitsukou ♡
Fanfic" -Yo... No puedo escucharte. " La vida de Mitsuba era miserable, de un día a otro no podía escuchar El trinar de los pájaros. Pero las cosas cambiarían cuando una " luz " llegará a su vida. • Deaf ! Mitsuba au • Au dónde todxs están vivos y viven e...