17.

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Sábado 12:00 p.m

Zeus.


¿Nervioso?

No, claro que no.

Si, claro que si.

Joder, cállate un rato.

No me puedes callar, soy tú subconsciente.

Pero si te puedo ignorar.

Callando todos los pensamientos locos que bailaban por mi cabeza, salí de la cama. Anoche no pegué un ojo, estaba nervioso y no tenía motivos, simplemente había quedado con Al. No era para tanto ¿No?

Decidí salir a comprar algunas cosas para esta noche. Donde primero me paré a comprar fue en el supermercado, donde compré bombones y chucherias. Luego me paré en la papelería donde compré una cartulina color rojo y purpurina de color azul. Cuando estaba de camino me topé  con una floristería y no me pude resistir a entrar. Por último, paré en una juguetería donde compré un peluche un tanto original.

El trayecto de vuelta a casa fue tranquilo. No hacía mal tiempo así que, aunque era temprano, había mucha gente en la calle, corriendo, paseando e incluso sentados en los bancos respirando un poco de aire libre. Tenía la suerte de vivir en un pueblucho de estos a los que la gente se van a veranear en las películas y sinceramente este pueblo es increíble tanto en verano como en invierno.


Llegó a casa cargado de bolsas llenas de purpurina, bombones y flores de plástico- puede sonar patético, pero así las podrá guardar bastante tiempo y no se le marchitaran- dejó todas las bolsas en la cama y bajo a almorzar.

Me hice unos spaghettis con nata por encima y queso ya que la cocina no es mi punto fuerte y no quería incendiar la casa.

Pase la tarde echado en el sofá y a las cuatro de la tarde, un poco temprano teniendo en cuenta que habíamos quedado a las ocho, me empecé a preparar.

Nunca en mi vida, repito NUNCA en mi vida había tardado tanto en elegir qué ponerme. Al final me decanté por unos pantalones vaqueros de color beige, una camiseta de color azul abotonada por el frente y unos tenis Adidas de color blanco.

El trayecto de camino a casa de Al me lo paso con las manos sudorosas y los nervios a flor de piel, montado en el skate cantando cada canción que suena por mis auriculares.

Llegue y  mi corazón iba a mil, no se porque, lo de hoy no era nada especial pero igualmente yo estaba nervioso.

Me acomode el pelo y la camisa, me pare las manos por los muslos para retirar algo de sudor, me acerqué a la puerta, toque y... ¡mierda! Estaba preciosa.

Nunca creí que la perfección existiera, pero estaba delante de mis ojos en este mismo instante, literalmente. Llevaba un vestido rojo, con las mangas y falda anchas, la falda le llegaba a las rodillas, llevaba su pelo color rojo suelto y unos tenis, si unos tenis con un vestido, color blanco como los míos. Me fijé en sus manos y vi que llevaba el skate que yo le había regalado en ellas.

¡Joder, esta chica quiere matarme!

-Hola, Dios Alemán- me saludo ella con una sonrisa Preciosa.

-Ho...la, Allllll- mierda me había quedado tonto de tanto mirarla, ya decía yo que su belleza tenía que causar algún daño colateral a quien le mirase.

-¿Vamos?- me preguntó con una sonrisa divertida, se había dado cuenta de lo nervioso que estaba.

-Si- me quede quieto y no me moví - Si, vamos vamos.

Ambos salimos de su porche y nos montamos en nuestros skates.

De camino a donde había decidido llevarla, un lugar ya conocido por ambos, no pude evitar echarle un vistazo de vez en cuando. Sonreía, joder que si sonreía y eso me hizo pensar en que cuando la conocí no lo hacía, aporte mi granito de arena en su felicidad. Parecía tan libre como el aire que le alborotaba el pelo y sus ojos brillaban como si llevaran el sol dentro de ellos.





Alessia.

-Hemos llegado- dijo Zeus parando delante de nuestra casa abandonada.

- No de porque, pero me intuía que me ibas a traer aquí.

Sonrió nervioso para luego decir -¿Subimos?

Asentí con la cabeza y me dejo subir delante de él. Subí directamente a la última planta que es en la que siempre pasamos el rato y esta estaba diferente. Había un sofá negro junto con una mesita auxiliar en el centro y las paredes que antes estaban vacía ahora tenían marcos de fotos vacíos, en el centro de la pared había una cartulina de color rojo que tenía escrito con purpurina azul "¡Eres Preciosa!"

Me giré buscando a Zeus para preguntarle qué era todo esto pero había desaparecido. De repente empezó a sonar "You found me" la canción que por alguna razón me daba la sensación de que era nuestra canción junto con "How to save a life". Cuando me volví para volver a mirar la pared llena de marcos algo tapo mi visión por completo, un ramo de flores, un ramo de flores de plástico.

-Bienvenida a nuestro rincón-susurró Zeus detrás mío.

-¿Que es todo esto?

-Bueno, se me ocurrió que en nuestros mejores momentos podríamos sacar fotos e ir colgándolas aquí y la cartulina me recordó a tu pelo así que decidí escribirte eso en purpurina azul porque me recuerda a tus ojos.

Este chico iba a acabar conmigo.

-A lo mejor no te parece buena idea, a lo mejor es...- pero no lo deje acabar porque hice algo que no me esperaba ni yo.

Lo bese.







Siempre os dejo así, lo sé y lo siento.

¿Habéis visto la nueva portada?
¿Os gusta?

¿Os gusta la historia?

Después de todo este interrogatorio os quería decir que esta historia está llegando a su final.

Le quedan tres o cuatro capítulos más algún extra que ya haré y dejadme deciros que me encanta como acaba.

Intentaré subir los capítulos finales más seguidos para que os sea más ameno todo y lo disfrutéis más.

Os quiero.

Ale.

Por ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora