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Vacaciones de Navidad

Primer día de vacaciones de navidad. ¿Que mejor plan que pasarlo durmiendo?

Eran las doce del medio día y yo seguía en la cama. El sol se filtraba a través de mi ventana y hacía frío aunque nunca un frío desagradable, más bien era un frío reconfortante.

Justo cuando me iba a dar la vuelta para seguir durmiendo mi móvil me notificó que me había llegado un mensaje.

Cogí el móvil y lo miré, era Zeus. La semana pasada me pidió mi número porque, si, no se lo había dado en todo el tiempo que había desde que nos habíamos conocido.

Abrí el chat y sonreí al instante:

-¿Vamos a coger un par de olas frías esta tarde?

-¿Habrá chocolate caliente después?

-Puede ser...
Te recojo a las 4:00pm
Adios, bellatrix <3

-Adios, Dios alemán:)


Con una sonrisa en la cara deje el móvil a un lado y seguí durmiendo.

Me desperté dos horas después, a la hora de comer y mi estómago me confirmaba que hora era. Baje a la cocina y mi padre estaba sonriendo mientras hacía algún estropicio en la cocina.

-Holap- dije remarcando la p.

-Hola, bella durmiente.

-¿Como estás hoy?- pregunté sonriendo.

-Muy bien, y por lo que veo tú también- enarco una ceja.

-Ves bien, entonces.

-No se porque estás más feliz, no se si es por ese chico o por otra cosa. Pero si es por ese chico, Al, déjame decirte que es la mejor cosa que nos ha pasado. Sigue así de feliz, hija, tu sonrisa es preciosa.

-Te quiero, papá.

-Yo muchísimo más, cariño.

Y así fue como poco a poco yo y mi padre empezamos a estar más unidos de lo que ya estábamos antes. Lo que no dejo de pensar es que todo fue gracias a él.

Cuando mi padre y yo terminamos de almorzar subí a mi habitación y me empecé a preparar. Me puse un bañador de dos piezas del color azul como el de mis ojos, encima me puse unos pantalones vaqueros cortos y una camiseta blanca de arcillas. Aunque estábamos en invierno no hacía tanto frío como para ponerme un pantalón bajo. Me recogí mi pelo rojo en una coleta alta y me puse unas sandalias marrones que no me ponía muy a menudo.

A las cuatro en punto tocaron en la puerta, me despedí de mi padre y salí al porche, pero no me encontré con lo que yo creí que me iba a encontrar. Me encontré a Zeus, montado en una furgoneta, junto a dos personas más, un chico y una chica.

-Buenos tardes señorita Bellatrix, hágame el favor de tomar asiento junto a mis primos Joe y Paula.- dijo Zeus.

-Hola- salude nerviosa cuando entre en la furgoneta.

-Hola- respondieron ambos al unísono.

Una vez sentada en el interior de la furgoneta me permití observar a ambos mejor. Ambos aparentaban tener menos edad que nosotros l, quizá unos quince o dieciséis. Joe era bastante alto y su piel era casi tan pálida como la mía, sus ojos eran oscuros como un agujero negro y su pelo a juego le daba un toque misterioso. Paula, en cambio era morena, tenía el pelo rubio y unos ojos preciosos color pistacho, era muy guapa y no hacía falta analizarla para darse cuenta.

-Mis primos han venido a pasar las navidades aquí así que he decidido presentártelos hoy para que supieran por quién les dejaré botados más de una vez.

Sonreí tímida y pensé en que los pobres chicos iban a pasar mucho tiempo solos porque seguramente Zeus me diría de quedar al menos cien veces en esas navidades.

-Normal que mis dejes botados por ella, es Preciosa- dijo Joe.

-Ey, chaval. Ella es mía- le advirtió Zeus.

Paula suspiro y me miro divertida -Acostúmbrate, siempre están discutiendo por boberias.




Ese día en la playa fue el primero de muchos.

Empezamos a bajar a la playa Heart casi todas las tardes y siempre hacíamos algún truco nuevo o nos inventábamos cualquier tontería con las tablas.

Una vez yo y Zeus decidimos intentar surfear en la misma tabla, y lo conseguimos. Luego se nos quisieron unir sus primos y eso fue más complicado, no duramos ni un segundo en la tabla y creo que un segundo es hasta mucho tiempo.

Paula y yo hicimos buenas migas, no es que con joe no las hiciera pero paula y yo teníamos muy buena conexión, solíamos salir juntas a pasear o quedábamos en una cafetería a tomarnos un chocolate caliente de vez en cuando.

Todavía me acuerdo del día en el que Joe salió de fiesta sin el consentimiento de nadie y llegó borracho a la casa de Zeus, pero no solo borracho, llego borracho a las seis de la tarde ¿Quien coño hace una fiesta a las seis de la tarde?

Pase noche buena, navidad y fin de año a solas con papá, en casa. Era todo igual que los años pasados pero había algo diferente y es que por primera vez ambos éramos del todo feliz.

En estas navidades me acorde muchas veces de mamá y aunque llore en alguna que otra ocasión, la mayoría de veces sonreí ante su recuerdo e incluso empecé a ir a verla al cementerio más a menudo.

Zeus y yo éramos como dos lapas, una pegada a la otra. Y aunque todavía no habíamos formalizado nuestra relación, ni siquiera teníamos una relación, yo sabía que estaba enamorada de esta chico, hasta las trancas.

En navidad Zeus me regalo la colección entera de las películas de Harry Potter y un tocadiscos súper antiguo.

En cambio yo le regale su tabla de surf favorita que había mandado a hacer exclusivamente para el y unas ruedas nuevas para su skate.

En esta navidad tengo muchos recuerdos y momentos que destacar pero los podría reunir y reunir todos en una palabra. Felicidad.

Aunque también hay otra palabra que resume y engloba todo. Zeus.






¡AHHHH!

Solo queda un capítulo. Repito, solo queda un capítulo.

No estáis listas para lo que se viene.

Denle mucho amor al capítulo, como el que yo les tengo a vosotros.

Os quiero.

Ale.

Por ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora