Desperté gritando.
O al menos lo intentaba.
Me encontraba en un bosque oscuro lleno de árboles. La luna alumbraba muy poco y seres de una bruma fantasmal me acorralaban. Estaba en medio de ellos y reconocí un miedo en mi interior. Sin embargo, no parecía aquel sentimiento que a los ángeles nos hacía fuertes.
Era un miedo humano.
Me fijé en mi espalda y claramente, no había alas. Intenté manipular mis poderes buscando a algo a que aferrarme, pero no nacía nada. Era completamente humana.
Grité buscando ayuda, aunque mi voz no salía. Estaba muda. Mis cuerdas vocales no temblaban y el sonido de mi voz no se reproducía.
Me aterré más a sentir la presencia de los seres casi tocándome. Me agaché y abracé mi cuerpo para entrar en calor.
¿Estaba soñando? ¿O era una ilusión? Cerré mis ojos una y otra vez intentando volver al último punto que recordaba, pero no podía.
De pronto, uno de esos seres que me rodeaban tomó lentamente la figura de un hombre, formándose entre las tinieblas. Unas piernas envueltas en un pantalón suelto negro, unos pies casi blancos. Poco a poco, fue apareciendo su torno, marcado por unos abdominales suaves, brazos esbeltos y una clavícula entallada. Cuando vi el rostro hermoso del hombre, quise morir ahí mismo.
—Lucifer —Susurré sofocada, por fin pudiendo hablar.
Ese hombre me inducía unas ganas de llorar del miedo incomprendido que me reflejaba. Era bellísimo, y eso me aterraba.
— ¿Por qué me temes? —Dijo con una voz melosa. Sabía lo que intentaba. Se agachó a mi altura y acarició mi rostro, secándome una lágrima que había caído.
— No...me...toques —Mi garganta temblaba a cada instante. Estaba muy cerca y su actitud me desgarraba. ¿Por qué estaba actuando así?
—Lily, esta fue la única manera que encontré para que veas la verdad.
Hablaba con una calma que me sorprendía, pero bien sabía que él era un mentiroso de primera. No caería tan fácilmente.
— ¿De qué verdad hablas?
—Yo...no soy el enemigo —Dijo fijando su mirada en mis ojos —Yo nunca he querido hacerle daño al mundo.
Una carcajada nerviosa salió de mi interior.
—Eres un sínico... ¿Enserio crees que te voy a creer? —Me levanté haciendo caso omiso al frío que estaba sintiendo.
Él negó con la cabeza múltiples veces.
—Solo mira, por favor.
— ¡No! Llevaste a una bestia para matarnos —Le apunté —Todo lo que digas, lo consideraré mentira.
Cerré mis ojos buscando una puerta para salir de ese lugar. En mi mente había una pequeña luz que crecía al unísono con mis ganas de volver con mis amigos.
— ¡Lily, por favor! Yo sé una manera para que vuelvas a ver a tu familia... Sé cómo parar el fin —Aquello llamó mi atención, pero ya era muy tarde. Nuestras miradas se encontraron una última vez antes de que la luz en mi mente envolviera mi conciencia.
Aparecí gritando en la casa de la mujer. Haniel me tomaba de los brazos calmándome.
— ¡¿Qué fue eso?! —Grité asustada.
—Entraron a tu mente, mientras estabas despierta —Respondió Haniel, mientras me examinaba —Tienes los ojos dilatados.
Por el rabillo del ojo, divisé una figura humana escondiéndose entre las sombras y desapareciendo. Supuse que era Lucifer.
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Un Ángel Sagrado © (LIBRO 3)
FantasíaLily despierta en prado totalmente nuevo, donde ya no existe el limbo, y las montañas estaban más cerca que nunca. Pero su sufrimiento va en torno a su soledad, todos fueron liberados, por lo menos eso calmaba su dolor, además sus alas se habían tra...