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₳Ð₦¹: Ignición

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₳Ð₦¹: Ignición.

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La sala de juntas está cerrada desde dentro, las luces parpadean en el interior mientras mis hermanas y yo rezamos porque el cristal no cambie de color y nos deje a la vista de todos los hombres que hay afuera. Hay tropas buscándonos, así que el momento es crítico.

—La milicia ha decidido exterminar a las mujeres actuales y crear otras a partir de un suero, igual que con los hombres artificiales. —Explica papa apresuradamente dándonos unas mochilas. —Quieren modificar el ADN de las mujeres para que las que nazcan sean sumisas y solo acaten órdenes.

Le hace un gesto a su asistente, quien se dirige a una mesa, y de ahí saca unos pinganillos. El pobre chico nos mira agitado plantándolos frente a nosotras.

—He destruido todos los sueros modificados, y conseguí robar el ADN de mujer. —Explica calmo. —Lo llevarán consigo a través del tiempo, les encomiendo esa misión.

—Pero... las máquinas del tiempo son únicamente prototipos. —Papá niega alisando nerviosamente su bata de científico.

—Logré crear una totalmente eficaz. —Toma aire. —No he sido un gran padre. —Suspira quitándose las gafas de pasta negra. —Para empezar acepté que experimentaran con mi semen para embarazar a sus madres, chicas. —Nos mira con los ojos aguados. —Pensé que estaba ayudando a la humanidad, pero no es así. Nos han engañado a todos, así que lo único que me queda es remediar el daño que le hemos hecho a la humanidad. —El gran ventanal a sus espaldas muestra la ciudad desde el rascacielos, no se ven los coches a causa de la contaminación.

—Papá... no... —Niega Alice y trata de consolarlo acariciando su espalda. —Has sido un gran padre.

Un golpe en la puerta nos desconcentra del momento sentimental y familiar.

—¡Abran la puerta! —Se oye un disparo y las cuatro nos paniqueamos.

—No es tiempo para esto. —Se limpia las lágrimas. —Si las mujeres morís este mundo se sumirá en el caos. —Abre la trampilla de la ventilación mientras dos de sus hombres se encargan de cerrar la puerta con sus cuerpos. —¡En el techo hay una nave de última generación, úsenla para viajar y mándenme una señal temporal! ¡Alesia, Alice, piloten ustedes!

Nos metemos rápidamente en el interior de los tubos de ventilación siendo guiada por Anaís, quién usa este medio para escapar del edificio siempre que puede. Papá me para cuando voy a entrar, se quita su colgante en forma de piedra preciosa y me lo da en silencio antes de incitarme a avanzar con un gesto, entonces recoloca la trampilla justo a tiempo, pero no oímos nada más que los hombres entrando a la sala y los disparos.

Anima le tapa la boca a Alice cuando ella se ve al límite, como si quisiera llorar y gritar al mismo tiempo, y avanzamos por los tubos hasta llegar a la azotea. Allí, en efecto, hay una nave de última generación con forma de huevo custodiada por diez hombres que no van armados a plena vista.

El Hombre ExtrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora