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₳ Ð ₦ ³: Los chicos misteriosos

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Hasta ahora todo el mundo ha sido bastante amables, aunque tuve que halar a Alesia y hablarle claramente sobre los encantos de los niños. Ella sabe que no lo dije de mal, pero aquellos dos hombres se veían demasiado sorprendidos y no podemos salirnos de nuestro papel hasta que encontremos una forma de escapar.

Mi nombre de hombre es Anasi.

Lo inventé rápidamente, en cuanto a la fecha de nacimiento... es que no sé que significa "mes de Júpiter", así que literalmente no pusimos nada en las hojas y después nos montaron en un coche.

A pesar de que todos están tranquilos sabemos que están alerta con nosotras, así que la primera fase del plan es no salirnos de nuestro papel de hombres. Anima lo tiene demasiado fácil.

Lo siguiente será tratar de escaquearnos al bosque y encender la alarma temporal. Suena demasiado fácil, pero será complicado porque ni siquiera tenemos claro donde están las cámaras, si es que hay. Me fijo en la altura que tomamos mientras el automóvil se eleva por el suelo.

El coche ovalado para frente a un edificio bastante sofisticado con forma de rosquilla, pues se puede vislumbrar un pequeño patio interior lleno de plantas. Todo está silencioso cuando descendemos, hay un jardín hermoso con plantas extrañas que también parecen cambiar de color.

Un hombre vestido con una de tela fina y negra se aparece en la puerta estrujándose un ojo. Nos sonríe mientras nos acercamos dudosas a su posición, y él no tarda en dejar un beso en nuestras frentes con una sonrisa cansada.

—Buenas noches, niños. —Sonríe. —Vengan, los acompañaré a sus cuartos. Deben dormir para estar bien mañana en la mañana. —Asentimos y los policías se retiran cordialmente.

Cuando entramos nos sorprendemos. Los pasillos tienen forma circular y las paredes muestran las estrellas, todo está oscuro completamente menos las paredes, enseguida se dibuja una línea morada en el suelo.

—Sigan la línea. —Nos pide el señor, que nos acompaña hasta que subimos las escaleras y entonces nos enciende las luces de estas. —Encontrarán pijamas en sus camas, yo debo acostarme. Mañana bajen en cuanto les suenen las alarmas. —Asentimos y el hombre se aleja.

—¿Acaba de dejarnos solos sabiendo que podemos escapar? —Susurra Anima y nos miramos entre nosotros.

—¿No será que no hay manera de escapar? —Miro dudosa a Alice.

—Vayamos a dormir, mañana pensaremos algo. —Subimos las escaleras siguiendo la línea morada cuatro pisos arriba.

Llegamos algo cansados y jadeantes del esfuerzo a un pasillo exactamente igual que el de abajo, solamente que este tiene macetas colocadas en la pared de decoración. Alice pide un momento para reponerse y después de respirar hondo seguimos la línea hasta el cuarto de la esquina.

El Hombre ExtrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora