Mila
Pise con fuerza, el sonido del tacón resonando en el piso llamo la atención de varias personas en la fila para entrar al bar.
Marissa, me había preguntado en repetidas ocasiones si estaba bien, le había asegurado que fue un momento de debilidad por la menstruación, si solo fuera cierto.
Mientras esperábamos en la fila, amigos de Marissa y conocidos míos se nos unieron, luego de unos diez minutos más, logramos entrar, los recuerdos de la última vez que estuve aquí me golpearon. El corazón se me acelero.
Pidieron una ronda de shots para todos, esta vez estuve atenta que el mío no contuviera nada ilegal.
Algo mágico, comenzó a sonar por los altavoces del lugar, la voz de Rauw, inundada de erotismo puso a todos a bailar, fue inevitable no unirme, dos shots mas y me sentía lista, tenía la valentía suficiente para ir a buscarlo, mi celular vibro en el bolcillo de mi short de mezclilla corto, pero mi humor decayó, no era mensaje de él. Necesitaba más valor. Me acerque a la barra a pedir una ronda más, cuando sentí como me tomaban del codo antes que pudiera tomarme el trago, estaba a punto de reclamarle a esa persona cuando me topé con sus ojos azules fruncidos.
Mi corazón se saltó un ritmo, y me tome el shot de una sin quitarle los ojos de encima, Marissa llego a la barra pasando un brazo por mis hombros, alzando la cejas a Sebastián, el toque caliente desapareció de mi cuerpo y Mar aprovecho para apartarme de él.
Claro que estaba preocupada, si la última vez que vine aquí me drogaron, desaparecí y luego le conté como casi un desconocido me violaba, y como alguien logro rescatarme.
Mire disimuladamente sobre mi hombro, Sebastián estaba detrás de la barra mirándome fijamente, mi orgullo herido salió a relucir, comencé a bailar al ritmo de Tan bonita, saber que me estaba observando le daba gasolina a mi valentía momentánea, siguieron llevándonos shots, sabía que mañana me iba a lamentar pero los necesitaba en este momento. Todos bailábamos en bola divirtiéndonos, cuando sentí unas manos sobre mi cintura, me tomo de la mano dándome una vuelta y luego me jalo hacia él, choque con su espalda, cuando se dio cuenta que no le podía seguir el paso, me paso un brazo por la cintura.
De verdad quería ponérsela más difícil, pero ya me encontraba pasadita de shots, no opuse resistencia al irme con él, las luces me cegaban por momentos, y miles de deja vu, pasaron por mi cabeza al entrar en ese pacillo oscuro.
El olor a tabaco mezclado con su colonia, me golpeo cuando pasamos a su despacho, el vago sonido de la música llegaba hasta acá, lleve las manos a mi pelo revolviéndolo mientras movía mis caderas y caminaba por todos lados, encontré una botella de algún liquido embriagante, la destape delante de él y le di un largo trago, el líquido quemo rápido mi garganta pero no me importo, hasta que me la arrebato de las manos.
-oyeeee....- no reconocí mi propia voz, por lo que me reí. - ¿y de nosotros quien va hablar, si no nos dejamos ver?.... –cante lo que alcance a escuchar, pero mi risa y mi humor pararon, cuando Sebastián se acercó a mí a pasos rápidos, poniéndose delante de mí, di un paso atrás, y sus manos me tomaron de los hombros reteniéndome.
-¿podrías parar? –el ardor que sentí no se comparaba al rencor en sus ojos.
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Tiene memoria la piel | Sebastian Stan |
Short StoryLos villanos son quienes menos te lo esperas. Pensé que era buena pero al final los buenos pueden llegar a romperse, y solo el amor me recordara todo lo que no puedo tener. Pasión. Secretos. Amor. Engaños. Despedidas. Dolor. Ambición.