sometida

2.6K 222 28
                                    




Sus palabras todavía hacían eco en mi mente como si él las estuviera diciendo mil veces, ¿Qué le hice? Después de decir esas palabras, se fue gruñendo palabrotas y azotando la puerta de entrada.

Yo todavía seguía en la sala, sentada en el sofá sin creerlo. Me culpa a mí por esa noche en el bar, como si yo hubiera pedido ser drogada por ese tipo estúpido. Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero no me permitiría llorar por él, no.

Me levante dispuesta a entretenerme con cualquier cosa en la casa, había mucho por hacer.

Después de prepararme una pequeña cena, estaba por llenar una copa de vino cuando unos golpes incesantes atacaron mi puerta, rápidamente pensé en la señora Margaret, mi vecina al final de pasillo, así que atendí sin mirar quien era.

Antes de que pudiera cerrarle la puerta en la cara, se apresuró hacia mí, tomándome por la parte de atrás de mi cuello, sus labios estaban a centímetros de mi cara, pero ninguno nos movíamos.

-Abre los ojos, -susurro, tu tibio aliento choco contra mi cara. Cuando encontré su mirada un hueco creció en mi pecho.

-Aléjate. –susurre de vuelta mirando a los ojos.

-Dime que no quieres que te bese, -me contra ataco inmediatamente, me quede muda. –Porque yo muero por besarte por todas partes.

Mis rodillas temblaron. Mi corazón se paró un instante. El hueco en mi pecho se hizo más grande. Y mis bragas se mojaron.

-Dilo, -exigió, pero el hueco en mi pecho no me permitía hablar. Su agarre en mi nuca se hizo más apretado, mi cabeza se hecho hacia atrás, sus labios rosaron mi mentón cuando bajo hacia mi cuello. Temblé. Me falto el aire. Sus labios se presionaron sobre mi piel expuesta por mucho más tiempo del que pensé. Sus dientes tomaron un pedazo de mi piel, fue imposible no sollozar de placer, su lengua salió a calmar el dolor de sus dientes y por ultimo un pequeño soplido me desarmo.

Mis manos tomaron fuerte sus hombros, temiendo soltarlo y caer al piso. Apreté mis muslos, al igual que mordía mis labios. Sus labios trazaron el camino de mi cuello a mejilla, su barba dejando una huella ardiente en mi piel, el calor de sus labios en mi mejilla me estaba volviendo loca.

-Si no me paras ahora, -hablo sobre mi mejilla, apreté los ojos, -es una afirmación.

No pude decir nada, por más que lo hubiera intentado, incluso si pudiera decir cualquier silaba, hubiera dicho sí.

Empujo nuestros cuerpos juntos, incluso me llevo a empujones, tropezándome con mis propios pies, sus brazos tomando mi espalda fue lo único que impidió que no callera, sus piernas se metieron entre las mías, llevando un paso firme para no caer, grite cuando me soltó y caí al sofá.

Estaba ahí de pie frente a mí con los puños apretados, mirándome como un lobo a su presa, me relamí los labios, su pierna separo mis muslos, se inclinó hacia mí hasta que sus labios tomaron los míos, lento, saboreando el momento, su mano tomo mi mentón, manteniéndome quieta, su beso se volvió duro, sus dientes mordiendo mis labios, sus labios tomando todo lo que podía ofrecerle. La pierna entre mis muslos, presiono en mi entrepierna, solloce en sus labios, me estaba sometiendo bajo de él, y no me importaba en lo más mínimo.

Su rodilla presiono mas sobre mi entrepierna, ¿podría tener un orgasmo solo con esos roses? Tal vez lo descubriría.

.....
Paseen a leer mi nueva historia, FAMILIA, pueden encontrarla en mi perfil.

Si llegamos a los 100 votos en esta parte, MAÑANA SUBO EL SMUT jsjsjsjsjs <3

Tiene memoria la piel | Sebastian Stan |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora