mensajes.

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Mila Martell

Las chispas de agua helada golpearon mis mejillas, apreté las manos sobre el lavado, conteniéndome por salir y largarme de aquí. Pero no le iba a dar esa satisfacción de verme derrotada, si el venía con su esposa aparentaría que me daba igual, si eso haría. Llenándome de valor salí del lavado, dispuesta a enfrentarlo, iba esquivando las mesas para llegar a la nuestra cuando solo vi a Jair en la mesa, y fue como si quitaran un peso de mis hombros, le sonreí cuando me senté en la silla, me pregunto si estaba bien, solo asentí con la cabeza, buscando por todo el lugar a Sebastián, pero se había esfumado.

...

Me mire al espejo, mi cabello libre en rizos despeinados bailaban con el viento, mis mejillas con un tono de rosa por el calor, mis labios mordisqueados por mis dientes, mis ojos con un brillo que nunca había visto. Todo por culpa de él.

Desperté esta mañana dispuesta a ordenar un poco mi apartamento, eso es lo que siempre hago los fines de semana. Pero había despertado atontada y con un dolor de cabeza a causa del vino, debo decir que lo único bueno de la noche anterior, la compañía de Jair fue bien escasamente, me faltaban algo, me faltaba ese sentimiento arrollador dentro de mí, ese sentimiento de deseo, ese deseo que sentí cuando leí ese mensaje en mi celular al despertar.

"ese cabello despeinado y rizado me volvía loco ayer, perdón por ser tan directo. Pero quiero saber si piensa en mí."

Nunca pensé que esa parte de mi le volvería loco a alguien. El mensaje no tenía remitente, pero fantaseaba con que fuera de él. De Sebastián Stan. ¿Qué tan mal estoy por él? A estas alturas no tengo idea.

Ordene un poco mi habitación cuando otro mensaje hizo sonar mi celular, con el corazón latiendo acelerado lo tome en mis manos....

"quiero tenerte en mis brazos y probar tus labios carnosos....

Pd: ¿sabes quién soy?"

El primer mensaje no tuvo respuesta, y no sabía si contestar a este. ¿Qué pasa si no es él? Mis ilusiones van a caer al piso.... Otra vez.... No podía.

Avente el celular a la cama y me dirigí a la cocina para desayunar, limpie mi desastre, puse ropa en la lavadora, barrí mi pequeña sala, y cuando todo estaba ordenado volví a mi habitación.

Hace una hora; "te lo voy hacer fácil, quiero una respuesta, me estoy desquiciando aquí, quiero verte....

Sebastián."

Me senté en la cama sin creer lo que leía, las manos me temblaron al responderle.

"¿Qué quiere de mi Señor Stan?"

Otro mensaje llego en segundos.

"Iré a tu apartamento, esta tarde a las 6 pm."

Tiene memoria la piel | Sebastian Stan |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora