Sebastián StanEntre en el restaurante unos minutos después, estuve en la entrada por unos cuantos minutos más, de aquí donde estaba parado los podía ver perfecto. Ella estaba sumergida viendo el menú, incluso tapándose de él, y hacia muecas cada segundo, su cabello lucia despeinado con rizos locos enmarcando su cara, se mordía los labios cada segundo y veía como tomaba largos suspiros. No podía quedarme, pero tampoco podía irme.
Incluso cuando comenzaron a platicar me debatí entre hacer una escena o no. Al diablo.
Mi vista estuvo en ella, cuando hice mi camino a su mesa, ella probo el vino y cerró los ojos, parecía casi extasiada por el sabor, y mi cabeza comenzó a dar vueltas pensando en si así se miraría teniendo un orgasmo, un orgasmo mío, con mi polla dentro de ella, mientras se retorcía de placer y me regalaría esos hermosos pucheros y gemidos.
"Jair Guerra"
Ella abrió los ojos, sus pupilas se dilataron y se miraba como un venadillo encandilado por las luces de un automóvil, contuve mi sonrisa, y me dirigí a su acompañante masculino. Este se levantó para saludarme, estrechamos manos.
Me gire hacia ella para saludarla, pero solo me ofreció su mano.
"Ella es Camila Martell, una compañera de trabajo." Ofreció Jaír, ella estaba muda, solo mirándome.
Asintió con la cabeza hacia mí, pero fue todo, tomo otro trago de su copa, y aparto la mirada, mirando lejos.
"Que sorpresa, Jair. No sabía que salías con alguien." Tan hermosa, pero eso solo lo pensé.
Jair sonrió, observándola con anhelo, ella se encogió en su lugar, como si le incomodara mi comentario.
"¿vienes con tu esposa?"
Debí de estar preparado para eso, pero me cayó como un balde de agua fría. Por el rabillo del ojo vi como Mila se removió en su asiento.
"Disculpe, voy al lavado" dijo, sorprendiéndome por la potencia de su voz tan fina.
Jair se levantó y ofreció su mano, ella la tomo, se levantó y camino hacia los baños, esquivando las mesas.
"Vengo solo." Dije demasiado tarde, observando como ella se perdía por una puerta.
"¿Quieres acompañarnos a cenar?" me gire a verlo con la ceja arqueada, sorprendido por su pregunta.
"¿seguro? No me gustaría interrumpir su cita." Dije a regaña dientes.
Jair bufo y rodo los ojos, recargándose en su silla, "Creo que no la entretengo tanto como pensé, apenas y he logrado unas palabras de su parte, normalmente no es así... pero..." termino encogiéndose de hombros, le hice una seña al mesero, cuando este llego pedí una silla para mí.
Si me iba a ir al infierno, que sea por muchos méritos.
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Tiene memoria la piel | Sebastian Stan |
Short StoryLos villanos son quienes menos te lo esperas. Pensé que era buena pero al final los buenos pueden llegar a romperse, y solo el amor me recordara todo lo que no puedo tener. Pasión. Secretos. Amor. Engaños. Despedidas. Dolor. Ambición.