Unpretty. »Hemmings. -editando-

»Once.

Luke se encontraba mirándome y yo sólo desviaba la mirada.

 —Hola.—dijo sonriendo.

No quería mirarlo, no quería.

Finalmente lo miré.

—Hola.

—¿podemos hablar?—dijo encogiéndose y yo suspiré.

Me levanté y fuimos a una cafetería.

—¿Qué quieres?—preguntó mientras nos sentábamos.

—Nada, igualmente gracias.

Suspiró y pidió dos cafés.

Me pasó uno y yo igual cedí a beberlo. Él sonrió. Nadie me quitaba un café.

—¿De qué quieres hablar?—pregunté sonriendo le. Debía admitir que estaba algo enojada pero él debía estarlo más.

—¿esa tintura cuanto dura?—preguntó él cambiando de tema.

—No sé pero después iré a comprar otra.

Él asintió y bebió de su café. El mío casi me lo acababa.

—¿Cómo puede que con todo te veas tan hermosa?—dijo y me tomó la mano. Yo le sonreí nerviosa y me zafé de su agarre lentamente para beber más café. Dios, como era tan lindo.

—¿de qué me querías hablar?—dije nuevamente.

—Quiero disculparme. No debí haberte dicho eso.—dijo y suspiró.—¿Sabes cuando me di cuenta de que estaba mal? Cuando me di cuenta de que te quería a ti pero a mí mismo no.

Y me dí cuenta de que no conocía mucho de Luke.

 Entré a la tienda y había otra chica...

Su cabello estaba teñido de blanco y estaba llena de tatuajes. Perfecta para  trabajar aquí.

—Hola.—ella me dijo desde el mostrador. Se acercó a mí.—¿qué se te ofrece?

—Uhm, necesito un tinte.

—¿Uno es especial?—preguntó. Negué con la cabeza. Me observó.—Te verías bonita con cualquiera pero por el color de tus ojos yo diría que uno rosa pastel, morado o verde.

—Los tres, los quiero.

—Okay.—asintió y le pagué.— Si quieres ayuda con la tintura o algo, ven y te ayudo. Por cierto, soy Luna.

—Lissa.—dije y ella me sonrió.

 Luego de ir a la tienda, estuve un rato con Luke en el parque.

—Hey Luke.

—¿sí?

Suspiré y pregunté:

—¿con quién vives?

Él me miró serio. Suspiró y contestó:

—Vivo con mis tíos. Mi padres... ellos, mi madre murió y mi padre está en la cárcel.—sentí a Luke sollozar. Lo abracé.

—¿no tienes contacto con tu padre? ¿No haz ido a visitar  a tu madre a su tumba?

—No. Iría donde mi padre pero me asusta y me da más tristeza ir a ver a mi madre.

—Podría acompañarte—dije y él asintió sonriendo.

Y me di cuenta de que había gente que podía estar sufriendo más que yo.