Primer día de instituto

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Moscú, Rusia
Lunes por la mañana en casa de Deniska

El despertador me avisa que es hora de despertarme, abro los ojos lentamente y como la persona pacífica y amorosa que soy (sobre todo responsable) le doy un manotaso al despertados y vuelvo a cerrar los ojos.

—Solo serán cinco minutos— murmure

*Veinte minutos después* mi hermano está parado frente a mi. ¡Ups! Tal vez dormí de más.

—Aver cholita despiértate ya, no quiero llegar tarde el primer día— se quejo, el ya estaba vestido con una chaqueta negra, jeans rotos de color azul, tenis azules y su cabello bien fijado. Se mantenía de brazos cruzados y con una expresión sería

—Ya voy gusanito— dije riendo

—Vuelve a llamarme así y no te cubro con mamá que quiere matarte— advirtió

—Por eso digo que ya estoy en la ducha—Me corregí y me levanté corriendo para ir a la ducha.

En cuanto entre a la ducha me quite mi pijama que constaba de pantalones y blusa de tirantes. Me metí bajo el chorro de agua, lave mi cabello, talle mi cuerpo, aplique acondicionador en mi cabello.

Saque la ropa que iba ha ponerme: una sudadera con capucha color melocotón, pantalones de el mismo color, todo de varias tallas más grandes, tome un sujetador blanco y unas bragas negras, me vestí rápido y me puse unas convers a juego con mi vestimenta.

Pinte mis labios con color marrón opaco y un color más oscuro par delinearlos, me delinee los ojos con una simple colita, me puse unas argollas en las orejas, dos trencitas al frente de mi cabello y listo.

Tomo mi mochila negra, una dona para mi cabello y mi teléfono, baje las escaleras.

—Buenos días mamá— saludé entrando a la cocina

—Buenos días hija de la chingada, te volviste a quedar dormida ¿verdad?— aquí está mi madre latina, siempre nos dice así, pero nunca lo dice como insulto si no como broma

—¿Yo? Claro que no— mentí abiertamente

—Pinche mentirosa, a mí no me engañas muchachita— dijo sería y luego soltó una carcajada a la que nos unimos mi hermano y yo

—Buenos días hija— saludo mi padre, se acercó y beso mi frente

Mi madre vestía una falda de tubo con una camisa blanca de botones perfectamente prensada, papá vestía su traje con un saco gris, supuse que ya estaban por irse.

—Hola papá— saludé de vuelta, sonrió y se sirvió una taza de café

—Hijos, mañana tendremos que viajar de nuevo será por cuatro días— aviso mamá

—Esta bien mamá, yo cuidare a la cholita— dijo mi hermano, pasó su brazo por mis hombros y me abrazo

—Oh, tal vez sea yo quien te cuide gusanito tarado— dije entre risas, mis padres se rieron

(...)

—Adiós mamá, adiós papá— nos despedimos mi hermano y yo

Bladimir nuestro chófer ya estaba esperando a que saliéramos.

—Pendejo el que suba al último— dijo el chico maduro que tengo como hermano (nótese el sarcasmo)

—Esperate imbecil, así no se vale— grité cuando empezó a correr antes que yo.

Sujete mi mochila fuertemente y empeze a correr, eran varios metros para salir a la cerca de nuestra casa, corrí más rápido y claro como el tramposo de mi hermano corrió primero llegó antes que yo, subió al auto y yo llegue corriendo después.

Jugador de FútbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora