¿Inesperado?

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Moscú, Rusia

Domingo por la mañana en el hospital.

Hoy se cumplen exactamente dos semanas desde que fui sacada de ese lugar.

Dos semanas desde la muerte de mi mejor amiga.

Dos semanas desde que asesine a dos personas, si pueden llamarse así.

Dos semanas en las que mi familia, Demien y mis amigos (Pavel y Simón) no me han dejado sola en este lugar.

Si soy sincera, e estado muy mal, mi mente no deja de repetir los sucesos de... Las noticias que recibí y todo lo que ha pasado, me duele mucho.

Afortunadamente ya puedo caminar, muy despacio y poco, pero puedo hacerlo, las heridas internas están sanando y a apunto de curarse.

Hoy puedo irme a mi casa, ya solo queda esperar a que vengan por mi y firmen algunos papeles.

Hace dos días, volvieron a venir más oficiales y me llenaron de preguntas, según me enteré ya están por darle sentencia a los desgraciados que quedaron vivos. Me preguntaron por qué había asesinado a los otros, me molestó la pregunta por qué es obvia la razón, pero les explique todo aún que me estuviera dañando al revivir esos momentos. Mis padres han hecho todo lo posible por mantenerme alejada del tema, aún que claro que es difícil.

Los padres de Alesha, se alejaron de mi y aún que creo que es un poco injusto, no voy a culparlos, yo que era la mejor amiga de su hija, estoy sufriendo por no verla, no me imagino el dolor que debe sentirse al perder a un hijo.

Hablando de eso...

—¡Estoy aquí, Estoy aquí!— Demien entro corriendo con el cabello húmedo y una cara de preocupación.

—¿Paso algo?— pregunté al ver su estado.

—Casi que no llego... Es que me metí a bañar tarde, por qué me desperté tarde, y se me hizo más tarde cuando estaba bañando, entonces cuando baje a desayunar por qué mamá me obligó, se me hizo mucho más tarde, y entonces de venida para acá, había mucho tráfico y se me hizo tardísimo, cuando llegue al hospital... Hace como quince minutos, me retuvieron para registrar mis datos y se me volvió a hacer tarde...— Empezó a hablar muy rápido haciendo gestos exagerados con la mano. Lo detuve antes de que continuará.

—No entendí ni un carajo, solo se que SEGÚN tu se te hizo tarde. Voy a ver la hora— tome el control de la televisión y la encendí para ver la hora.

Demien se quitó la mochila y se sentó a mi lado mientras trataba de regular su respiración.

—Eres tarado ¿Verdad? Te retuvieron por qué llegaste temprano, apenas se acaba de abrir la hora de visitas. Que torpe eres— solté una pequeña risita al ver la hora.

—¿Me acabas de decir tarado y torpe? ¿Me insultas? ¿Torpe yo? Osea yo, la persona más divina que vas a ver en tu vida— se abanico la cara con las manos, miró sus uñas como si una excelente manicura tuviese hecha.

Reí al verlo hacer eso.

—Te ves preciosa cuando sonríes— desvie mi mirada de el y la baje sintiendo esa sensación de sonrojo en mi rostro.

Jugador de FútbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora