Mi nombre es Demien Ivanov, tengo 17 años, vivo en Rusia. Mi padre es de España y mi madre de Rusia, he vivido en Rusia desde hace varios años pero vivía en las afueras hasta que a mí padre le avisaron que debíamos cambiarnos a la capital, Moscú Rusia, me mudé hace dos días y fui inscrito en el instituto más cercano.
Que les puedo decir, soy extremadamente guapo, fuerte, hermoso, en fin... Demasiado perfecto.
Tengo un hermano que estudia la universidad, es mayor que yo, aver...Es atractivo, obviamente no más que yo.
Mi hermano Robert, es pelinegro, ojos miel, labios gruesos, cuerpo delgado, alto.
Hoy es el primer día en el nuevo instituto, bueno... El segundo día, pero para mí el primero ya que por asuntos personales no pude asistir ayer.
Solo espero que hallan buenas rubias para conocer (Bueno invitarlas a conocer mis sábanas) ojalá los profesores no sean unos malditos explotadores, es decir tengo muy buenas notas pero que no abusen.
Me despido de mis padres y mi hermano que como siempre está serio y listo para irse a la Uni, Subo a mi auto (Mi padre saco mi licencia) y pongo la dirección de el instituto en el GPS, en el camino pongo música de 5Sos son buenísimos.
Cuando llegó al instituto me percató de lo grande que es, sonrió con coquetería a alguna que otra chica que veo pasar, la mayoría me guiñan un ojo y se van corriendo mientras ríen.
Soy guapísimo
Entro al salón donde recibiré mi primera clase, al entrar me hacen presentarme y así lo hago, veo a una rubia que no me quita la mirada de encima, según lo que se, se llama Megan, estaba buena eso no se niega pero no disimula nada, literalmente se levantó más la falda (Si es que eso se podía) paso frente a mi y tiro su lápiz a propósito solo para agacharse y dejar a mi vista (y la de los demás) su trasero.
Durante la clase trate de concentrarme solo en la tarea y no en las piernas de las chicas de allí.
El profesor fue bastante agradable a decir verdad, por su cara pensé que sería un tío bastante amargado pero me sorprendió.
Las clases pasan y en una me toca junto a otro tío de mi edad, nos presentamos y me entero que se llama Brent, hablamos por un buen rato, me pide que le cuente sobre mi pasión por el fútbol (Si, es que hasta en eso soy perfecto) le cuento mucho sobre mi, un poco de mi hermano, y algo de mi familia, Brent me cuenta algunas cosas También, nos ponemos de acuerdo en algunas cosas y también me invita para una fiesta en su casa, dice que puedo llevar a alguien más, supongo que le diré a Robert.
Cuando la clase termina voy a mi siguiente salón, el profesor me llama y entro, al entrar me doy cuenta de las miradas de todos, no me incomodan siendo sincero, mi vista se va a una pelinegra que en cuanto veo si ropa lo primero que viene a mi mente es: Una monjita rebelde, apuesto a que debajo de toda eso ropa hay un cuerpo de modelo, es muy guapa a decir verdad, su rostro tiene facciones maduras y una sonrisa muy hermosa, sus labios se ven tan apetecibles.
Calma hombre, ya habrá tiempo para eso.
Ella también se queda embobada viéndome.
—¡Señorita Deniska!— exclama el profesor levantando la voz, la monjita rebelde pestañea rápidamente.
—¿Si?— responde hacia el profesor
—Presentese por favor— pide el profesor y hace una seña para que ella se acerque a mi.
Se levanta y camina hasta estar frente a mi.
—Soy Deniska Zaytseva, bienvenido— dice con una sonrisa, extiende su mano hacia mi, miro (examino) su cuerpo de arriba abajo, sonrío cuando mira sus pezones erectos atravez de la tela de su camisa, baja su vista a esa zona y se sonroja muy levemente.
El cuerpo no miente
—Soy Demien Ivanov— digo con una sonrisa. Tomo su mano y la estrecho, sonrío con coquetería, pone en su rostro una expresión sería y voltea en dirección al profesor.
—¿Me haría el favor de mostrarle un asiento al joven Ivanov?— pregunta el profesor, asiente y continua:— será mejor si se queda alado de usted, nesesita estar al tanto de el tema que vimos ayer— dice el profesor. Sonrió sin que lo noten, será divertido ponerla nerviosa.
—Pero mi am...— intenta protestar pero ¿Simón? Un chico la interrumpe.
—No se preocupe, puedo irme a otro asiento, el nesesita la ayuda— dice el chico. Sonrió más al ver que lo hizo para que me sentara con ella.
—En ese caso... Está bien— asiente con una mueca.
Me guía para que me siente a su lado, una vez nos sentamos me explica absolutamente todo sobre el tema del que hablaron ayer, capto todo muy rápido, sonrió con diversión al ver cómo desvía la mirada cuando me enfoco en ella, muerdo mi labio y la miro fijamente mientras sigue explicando su expresión es sería y nerviosa a la vez, se nota que sabe controlarse bastante bien.
La tarde pasa mientras hablo con Brent en la cafetería.
Al ver cómo el se acerca a la monjita rebelde pienso que son pareja por lo que se lo pregunto, me informan que son hermanos.
Menos mal.
La monjita se pone a hablar con un fresita, hablan y parece que el es su novio, parecen discutir, no me entero de lo demás ya que me voy con Brent a los vestidores dónde me pongo el uniforme de práctica.
Al salir veo a la monjita rebelde con el fresita que según confirme es su novio, camino mientras muestro mi six pack y termino de acomodarme la camisa del equipo, El fresita, se despidió de ella con un beso en los labios, le dió una nalgada y se fue.
Que tenga novio no impide que quiera invitarla a conocer mis sábanas, digo... Dicen que debemos compartir ¿No? Pues que su novio la comparta conmigo.
Gira su mirada hacia mi y se mordio el labio inferior.
-¿Lista para ver lo que se hacer?- le pregunté cerca de su rostro
-Sorprendeme... Quiero decir, sorprendenos- responde mirando a sus amigos que ya estaban acomodados en las gradas.
Le guiñe un ojo y trote hasta el centro de el campo.
Hago una de las cosas en las que soy muy bueno, rápidamente me adapto al equipo y a Brent quien ciertamente es el mejor jugador del equipo, marco tres goles en unos minutos y continuo con lo mío.
-¿Estoy en el equipo?- le pregunto a Brent cuando llegamos a las gradas con todo el equipo.
-Eso no se pregunta. Me sorprendiste mucho Ivanov- contesta Brent sonriendo.
-¿Tu que opinas, cholita?- le pregunta a su hermana, la monjita.
-Siendo sincera... Me sorprendiste para bien- respondió viendome, sonreí con egocentrismo.
ESTÁS LEYENDO
Jugador de Fútbol
Teen Fiction-Dicen que en los peores momentos, conoces a las mejores personas ¿No? Contigo lo confirme, Demien...