Deniska

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Bien, Brad dijo que estaría ocupado ¿No?
Aleix debe estar libre, una tarde de películas en mi habitación, no le hará daño a nadie.

Podría llamar a Demien pero debe estar con la pelirroja del instituto, y la verdad no me apetece tenerlo sobre mi cama en este momento, no, no, eso se entendió mal, osea no quiero ver películas con el.

Aleix  : )

—Hola preciosa, ¿En qué te puedo ayudar?— pregunto seductoramente.

A divertirme.

—Somos adultos ¿No?

Murmuró un “Ujum"

—¿Que tal te vendría una tarde en mi casa?, creo que mi hermano no estará, podemos hacer algo— propuse mordiendo mi labio.

—¿Que es lo que escucho? ¿Una tarde de diversión?

Su voz se torno divertidamente seductora.

—Así es. ¿Dónde está Brad?— pregunté para asegurarme de algo.

—Megan lo llamo antes de salir de el instituto, le dijo algo pero Brad no quiso decirme que, intuyo que están juntos— murmuró con un resoplido.

—Perfecto, ¿Vienes?— quise confirmar.

—Nunca me negaría, te veo en veinte minutos— afirmó.

—Te veo en un rato— lancé un beso al aire y colgué.

Me fui a el closet y saque ropa más cómoda: Una sudadera gris, bragas negras, jeans negros, tenis negros de aula blanca.

Me metí al baño, hice mis nesesidades, me lave las manos, fui por un poco de agua y me quedé unos segundos en la cocina.

—¿Vas a salir?— le pregunté a mi hermano, estaba vestido con pantalones de vestir y una camisa azul bien planchada y prensada.

—¿Tu lo harás?

—Vendra una persona— dije con simpleza, omití decirle quién era esa persona.

—¿Que persona? ¿Brad? O ¿Alesha y Simón?— pregunto con una ceja enarcada.

—Solo... Alguien— me encogi de hombros.

—Si es tu noviecito, no voy, me puedo quedar aquí, vemos una pelíc— oh, no, no me vas a arruinar mi interesante tarde.

—Joder, no, no es Brad, viene Aleix ¿Feliz?

—¿Aleix? Da igual, si es el, no hay problema, es el mejor amigo de Brad

Se encogió de hombros y se acercó a besar mi frente.

—Te veo más tarde— bese su mejilla.

Salió rumbo a la puerta, lo detuve antes de que saliera, fui a la gaveta de la cocina y saque tres sobrecitos plateados.

—No quiero sobrinos por ahora— le avente la tira de condones.

—¿Que hago sin ti? Casi se me jode la diversión— me apretujo entre sus brazos y volvió a besar mis mejillas.

Jugador de FútbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora