-Síganme- pidió el doctor, todos asentimos y fuimos a un pequeño cuarto que nos indicó.
-¿Que pasa?- pregunto Brent.
-Lo que voy a decirles es muy delicado, la policía está al tanto. Nesesito que estén tranquilos y preparados para lo que pueda pasar- explico con seriedad, junto sus manos por encima del escritorio y tomo algunos documentos.
-Hable ya- dijo el padre de la monjita.
Me senté en el sillón donde los demás y me quedé listo para escuchar.
-Sere sincero: Si la señorita pasa lo que resta de la noche... Será un milagro. Su cuerpo está totalmente debilitado. Abusaron de ella de una forma muy dura, brusca, agresiva... En fin fue lastimada al punto de desangrarla por dentro. La señorita es infértil, no podrá tener hijos NUNCA. Presenta desgarres en los músculos de sus piernas, desgarres en el útero, golpes en la espalda, posibles estragos mentales a causa de lo que pasó allí. Tendrán que estar con ella y ayudarla a salir de esto... Si despierta- No supe que sentir. Me quedé en un estado paralizado al escuchar todo eso.
Ella... Podría no despertar.
Podría morir.
¿Cuánto maldito daño, debieron hacerle para dejarla así?.
La violaron... ¡MALDICIÓN! Lo hicieron.
Su cuerpo está totalmente debilitado.
Puse mi cabeza entre mis manos, mis manos empezaron a temblar sin saber cómo reaccionar, quise salir corriendo y matar a los que habían quedado vivos, quise hacerlo, pero me detuvieron.
-No puede ser ¡NO PUEDE SER!- Grito sollozando la madre de Deniska, su esposo la abrazo y la apretó fuertemente.
Brent se sentó mirando a la nada, mientras susurraba: "No" repetidas veces, me acerque a el y lo abrace mientras mis lágrimas corrían.
-Ella va a despertar- asegure en un susurro.
-¿Y si no lo hace? ¿Y si no despierta? No sé que haría sin ella- dijo su hermano, negué separándome de el.
-Se que lo hará, tiene que hacerlo, por ella misma- dije con firmeza.
-¿Puedo pasar a verla?- pregunto Simón.
-¿Quién se quedará con ella durante el resto de la noche?- pregunto el doctor.
-¿Puede quedarse dos personas?- pregunto el padre de la monjita.
-Hasta tres, máximo- explicó.
-¿Quieren entrar chicos?-pregunto su madre.
No quería ser egoísta, pero si quería estar con ella.
-Si- respondí yo.
-Tendran que cambiarse- aviso el doctor.
-Mamá trajo ropa para tí- me avisó mi hermano.
-Yo vendré por la mañana, no tengo ropa. Quédense tu, Simón y mi madre- dijo Brent.
-¿Estás seguro?, podría prestarte ropa- ofrecí.
-No, hermano, quédate tu, Igual no creo que aguante verla así- dijo apretando suavemente mi hombro.
-Gracias- dije sonriendole cálidamente.
[•••••]
Al entrar ala habitación de Deniska, fue inevitable llorar, verla tan vulnerable y con tantas cosas conectadas en su cuerpo, hizo que quisiera ser yo el que estuviera en esa cama de hospital.
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Jugador de Fútbol
Novela Juvenil-Dicen que en los peores momentos, conoces a las mejores personas ¿No? Contigo lo confirme, Demien...