¿Una luz?

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Moscú, Rusia
4 semanas desde el secuestro.
Casa de Deniska.

Hoy habría un partido de fútbol americano.

Decidí que dejaría atrás esa maldita venganza o lo más atrás que mi orgullo es capaz de dejarla. Decidí que hoy terminaría a Brad, pero lo haría frente a todos cuando el partido terminara. Ya después podría ir por otro pase de cocaína.

Si se lo preguntan, si, desde hace una semana que empecé a consumir cocaína y no he fallado ni un día... Me da igual.

¿Mis padres? No lo han notado, están aquí pero no se dan cuanta así que...Nada.

Carlos se ha vuelto un buen compañero y es bueno cuando estábamos drogados los dos.

Simón sigue diciéndome que lo deje, Brent también pero no han conseguido nada. Demien y yo siempre nos vemos pero si se a dado cuenta lo disimula muy bien, aún que lo dudo por qué casi siempre nos vemos por la mañana y luego por la noche.

El partido será de mañana hoy domingo, Demien dijo que vendría para que nos fuéramos todos de aquí. Con todos me refiero a Simón, Brent, Pavel (El no sabe que me drogo) y pues Demien y yo.

Me metí a bañar y empecé a lavar mi cuerpo, lave mi cabello y cuando estuve lista salí con bata y una toalla envuelta en la cabeza.

Me vestí con una camisa grande color negro con una serpiente verde estampada en el frente. Un pantalón negro algo suelto, plataformas del mismo color (negro) y ya por qué no quería maquillarme ni arreglarme demasiado, la muerte de mi mejor amiga aun estaba resiente.


Una vez estuve lista fui a sentarme en mi cama y suspiré pesadamente con la cabeza entre mis manos.

Últimamente tenía demasiados dolores de cabeza y me dolían las piernas.

Me recosté un momento y golpee la cama.

—Extraño que me ayudarás a maquillarme y me reclamaras cuando usaba mal el rubor o el iluminador.

—¿Dónde estás, castaña?

—Te extraño demasiado. Estoy ahogandome y hundiendome dentro de estas paredes.

—No encuentro el sentido de nada, pequeña.

—Hecho de menos tus sonrisas por mis bromas estúpidas. Tus consejos sobre la moda. Tu apoyo. Extraño protegerte y decirte que siempre estaría para ti. Ya no puedes decirme que me quieres o que nunca me dejarías.

—Quiero dejar todo e ir y buscarte a donde sea que estés. Quiero estar contigo, pequeña. Me siento sola. Las bromas con mi hermano ya no están. Ya no hay risas sinceras por mi parte. Tus padres se alejaron de mi y no los culpo. Estoy alejando a Simón. ¡Me estoy perdiendo a mi misma, castaña!— exclame totalmente rota.

—Te nesesito tanto, pequeña— me levanté de golpe y comencé a golpear la pared.

La golpe de nuevo viendo cómo dejaba las manchas de mi sangre allí.

—Te nesesito, Alesha— murmure derrotada y con los ojos inundados de lágrimas.

Otro golpe y entonces escucha que subían las escaleras corriendo.

—¡Deniska!— grito mi padre al verme tirada de rodillas frente a la pared. Corrio hacia mi y se tiró a mi lado, tomo mis manos y enseguida lo aleje sin decir nada.

—Cholita, por favor— susurro con tristeza.

—¿Por favor, que papá? ¿Que deje de llorarle a mi castaña?— pregunté sin mirarlo.

Jugador de FútbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora