Atardecer

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—Me alegra que estén bien, señor Blouse —sonrió Armin, aliviado de que el padre de Sasha y su familia hubiesen salido ilesos de todo ese desastre.

Habían salido del edificio en el que se habían resguardado después de la batalla contra los puros para poder ir por provisiones, encontrándose con Niccolo y la familia Blouse, quienes estaban escondidos en el antiguo cuartel de la Legión.

—Deberían resguardarse, no sabemos... —dijo Mikasa, frunciendo los labios sin saber qué más decir. No podía explicar lo que sucedía, ya que ni ella entendía.

—Lo solucionaremos —sonrió Armin, palmeando el hombro del señor Blouse—. Mikasa tiene razón, deben resguardarse.

—Creo que lo mejor es ayudar a los sobrevivientes —soltó Niccolo, tomando su rifle y colocándolo sobre su hombro.

—Eso sería de mucha ayuda —musitó Armin, asintiendo.

—¿Saben qué es lo que sucedió? —preguntó el señor Blouse, haciendo que Armin mirara a Mikasa y negara.

—No, pero creemos que Paradis es segura —el señor Blouse asintió lentamente.

—¿Saben qué sucedió con los niños? —Mikasa miró al padre de Sasha sin expresión alguna.

—Escaparon —dijo sin más.

—Bien, es bueno que no estén en esta situación —sonrió con alivio.

—Creo que debemos irnos —musitó Mikasa, colocando una mano sobre el hombro de su amigo, quien la miró y asintió.

—Señor Blouse, manténganse a salvo —finalizó Armin, dándose la vuelta para salir de ahí, observando a Mikasa, quien suspiró mirando sus pies.

—No podía decirle —negó con dolor.

—Lo sé, es mejor así —Mikasa asintió frunciendo los labios. Armin la miró lastimosamente. Todo estaba sucediendo demasiado rápido y ni su mente entendía todo lo que estaba pasando afuera.

Se dirigieron hacia el sótano, en donde se encontraban sus armas y así recuperar municiones.

—Los muros cayeron —susurró Mikasa mirando a su alrededor, tratando de que su mente se aclarara.

—Incluso la armadura del Acorazado se desprendió, según Soho —musitó Armin, para enseguida fruncir el ceño y negar confundido.

—¿Dónde estará Reiner? —preguntó Mikasa, pensando que era por eso la confusión de su amigo.

—No creo que eso deba importarnos ahora —susurró, abriendo de pronto los ojos con sorpresa—. Eren dijo que el endurecimiento de las murallas caería, y si el de Reiner se desprendió... puede que... todo endurecimiento se desharía.

—¿En qué estas...? —soltó Mikasa confundida, pero enseguida abrió los ojos con sorpresa—. Annie.

—Quizá ella...

—Armin —comenzó Mikasa tomando a su amigo de los hombros—, tenemos cosas más importantes que hacer aquí.

—Lo sé —suspiró, dejándose caer sobre una de las bancas de madera, tomándose el rostro—. Debemos recuperar a Falco.

—Armin, espera, aún si vas ya mismo para Rangako, no lograrás alcanzar a Connie. Además, ¿qué harías si lo alcanzas?. Que se rinda en tratar de convertir a su madre de vuelta en humana, ¿es eso lo que dirás?

—Sí, eso es lo que le diré —gruñó, comenzando a molestarse, ya que no deseaba estar en esa situación—. Aunque, eso no será suficiente, tenemos que hacer nuestra jugada y todo lo que esté a nuestro alcance, debemos ganarnos la confianza de los de Marley, necesitamos a ese niño. El que consigamos que Reiner y el Titán Carguero que ahora rondan por ahí, nos ayuden o no, depende de eso.

𝑩𝒓𝒐𝒌𝒆𝒏 𝑾𝒊𝒏𝒈𝒔 • SNKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora