Un día ordinario

Nueva especie

A cada paso que daba se iba acercando a su pequeño hogar.

Habían sido días muy pesados para el poderoso dragón de coraza roja, nuevas amenazas iban a caían sobre su mundo, según le había dicho el mítico Stardust Dragon. Los hechiceros han advertido grandes cambios para las dimensiones por lo que cada monstruo, especialmente guardianes han tenido el doble de trabajo, desde resguardando la conexión entre su mundo y el humano. Cuidar cada duelista existente y sobre todo examinar cada portal dimensional existente.

Sin embargo finalmente podía y luego de dar sus rondas podía regresar al lugar donde su corazón lo llamaba. Caminó con cautela en aquella cueva de cristales y se acercó a la joven semi dragona que dormía en el centro del enorme nido de piedras. 

Firewall dormía tranquilamente que no tuvo el corazón de despertarla. Beso por debajo de la corona plateada y ella entre sueño sonrió, luego se acercó hacia un punto donde pequeños gorgojos se escuchaban.  Soltó un suave rugido lo que causo que varios gruñidos se escucharan al mismo tiempo.  

Cuatro cachorros de dragón salieron de sus escondite y corrieron hacia su progenitor, Borreald bajo sus brazos y dejó que ellos se subieran a ellos y se colocaran alrededor de hombros y cuello.

Sus niños eran pequeños que incluso cabían perfectamente en sus brazos. Dos de ellos restregaban con cariño sus cabezas contra el pecho, mientras otros dos no dejaban de jugar entre ellos, sin importar que pudieran lastimar, pero para el adulto no le importaban, se sentía afortunado que ellos estuvieran creciendo poco a poco.  

Sintiendose satisfecho de estar con su pequeña familia, no pudo evitar recordar el día que todo su mundo cambio. 

-.-.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-. Flash back-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Un mensaje por parte de Darkfluid, hizo el monstruo as de Revolver se dirigiera rápidamente a la cueva donde Fiewall tenía sus huevos. Procurando que nadie lo viera atravesó el tunel hacia el mundo Ciberso. Se apresuró llegar al lugar donde lo esperaba Firewall. 

 Llegó al nido de ella, encontrando a la dragona en su forma humana, tenía en su rostro una sonrisa que no sabía si era una combinación de emoción, tranquilidad, nerviosismo y miedo. Era la primera vez en la historia de su mundo que algo de esta magnitud se presentaba.  Se hizo a un lado para que el recién llegado mirara  como los tres huevos que tenían el centro brillaban en coordinación. 

Era todo un espectáculo en los ojos de la joven madre pero para Borreload sabía que significaba eso. Solo tenía que esperar pacientemente que aquel potente brillo terminara de fusionarse con la cría que estaba a punto de nacer; recordaba vagamente las pocas veces que estuvo presente cuando una nueva cría de ojos azules o Stardust dragón nacía. Los huevos adquirian una formación rocosa conforme iba creciendo la cría, siendo aveces confundido como una simple roca en lugar de un huevo. Era una adaptación para su especie para evitar los cazadores o monstruos rapiña.

Ambos padres podían sentir el enorme poder que desprendía , incluso Firewall podía escuchar pequeñas risas infantiles, como si estuvieran a punto de cometer una travesura. 

—vamos niños, que tu madre ya quiere verlos. —dice Borreload, como si tratara de justificar su nerviosismo en su pareja. 

La  dragona dejó pasar eso, extendió la mano y pequeñas partículas salieron de sus manos, para darle seguridad a las futuras crías que nuevo mundo que estaba por explorar. Sin embargo antes que pudieran decir algo, Borreload empujo a Firewall junto a sus hijos, cambio su forma y  expendió sus alas hacia ellos, toda la cueva comenzó a derrumbarse con el brusco movimiento de las estalactitas. 

Desde el exterior varios monstruos cibersos atacaba la formación rocosa. todos ellos encabezados por Decode, toda la familia deco lanzaban sus mejores ataques queriendo derribar la formación rocosa con sus habitantes adentro.