Puede que todos la consideren una chica optimista, alegre confiada y segura de su misma, sin embargo y así como todos ellos, ella tenía una historia que contar.
Miyu Sugasaki, tercera y única niña de proyecto Hanoi, no eran tan diferente al resto de niños. Una vida donde sólo era un par de ceros para su madre. Su llegaba al mundo no fue la mejor que en cualquier otra ocasión, su padre, 3° marido y 5to amante de su madre. Su corto matrimonio duró los 8 meses que estuvo en el vientre de su progenitora. Cuando este vio a su supuesta hija. El amor desapareció y un largo proceso de de divorcio entre ellos, dejo que ella estuviera con ella, mientras su padre tenía que depositar su manutención, si es que no quería que la familia de ese hombre supieran la verdad.
Los únicos momentos de felicidad que había tenido fueron escasos, pero el más valioso de ellos fue precisamente cuando conoció a su única amiga Aoi Kaizen a su tierna edad; pensó que todo iba a comenzar a mejor. Aoi era la niña con quien podía hablar y exclamar sus sueños, no era como aquel mundo donde su madre pasaba por varios hombres y la tabeaban de costosos regalos. Aquellos meses donde su mente seguía creyendo en los finales felices, choco con la cruda realidad, luego de un error.
Todo por un maldito anillo.
Era claro para ella que su madre no estaba enojada con su amiga porque perdió el anillo, ese anillo había sido uno de sus amantes y ella ya había planeado empeñarlo, sino porque ella no tenía nombre y familia que la respaldará. Eran un par de huérfanos don nadie que ya habían estado en su mira y ella solo le había dado la excusa perfecta para quitarlos de su vida.
No pudo ni hablar ni decirle que la esperara; para cuando finalmente pensó que lo había logrado escapar de la constante vigilancia de su progenitoria. Fue al parque donde había visto a Aoi y se entero que su amiga ya se había ido, ese día lloro casi entrando la noche si no fuera porque una amable mujer la miró y invitó a llevarla a su casa, sin saber que la próxima vez que abriera los ojos se encontraría en una habitación blanca con un visor de duelos.
Meses donde el duelo y el dolor eran a cada segundo, no dejaba de llorar, pero tampoco podía rendirse, tenía que encontrar a su amiga y disculparse, decir que aquello no era su culpa, que solo tuvo mala suerte de que ella se haya cruzado en su camino. su mente infantil no prestaba atención al tiempo, sin embargo para ella fue una eternidad y que tal vez su vida terminaría así, pero las puertas se abrieron y el aire a libertad volvió a ella, solo para ser nuevamente regresada a esa jaula dorada.
Su madre ofreció su silencio a la ciudad y estos llegaron a su precio. Le hablaron de que nunca dijera lo que paso, mientras su madre le recalcaba que nadie querría una niña habladora, que los hombres nunca se fijarían en una mujer rota como ella.
La relación con su madre, el trauma del proyecto y la sobre protección de no hablar, finalmente reventó en ella a la edad de 15 años, de la cual comenzó su caída.
Salidas a fiestas, alcohol, tabaco y sexo fueron su desahogo por el mundo que tanto llegó a odiar. Su primera relación sexual fue una semana después de su 15 cumpleaños, ya no recordaba el nombre ni rostro del tipo, sólo sabía que era 2 años mayor a ella y lo habían hecho a una esquina oscura de un callejón. Ese día la siguieron otras donde hombres y mujeres pasaban con ella para divertirse.
Realmente no le importaba, incluso llegó a ser invitada al infierno donde los duelistas se enfrentaban a la muerte. Solo fue una vez a ver el lugar, se rió con sarcasmo viendo los duelos solo para jurar en silencio que esos duelistas no conocían el verdadero significado del dolor. Si no fuera porque no tenía un deck a la mano, tenía más de 12 años sin tocarlo, podía haber enfrentar perfectamente a ese chico de ojos dorados y cabellos rojos y derrotarlo.
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Un día ordinario
AdventureLa ciudad de Den ha demostrado ser un lugar peculiar. ¿Pero que es lo que tiene sus habitantes, para que la ciudad ser así? Segunda temporada de "Un día normal"