Bendito entre las mujeres

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Ryoken tenía la extraña sensación de que el universo le gustaba ponerlo en situación que cualquiera de sus congénitos quisiera estar  y es  que quien no se sentiría muy afortunado en tener en su casa cinco chicas lindas en pijamas arreglandose las uñas, mientras comen y se relajaban en medio de varias almohadas en la sala de estar.

Miyu aparecio en la puerta de la mansión seguida por Aoi, Kiku, la cazarrecompensas Enma y la asistente de Zaizen, Hayami. Las cinco chicas lo saludaron con una sonrisa en los labios, aunque no le paso para nada desapercidido observarlas con algunas bolsas en sus espaldas.

—¿acaso pasa algo?

—nada Kogami, —dice Miyu a la cabeza de ellas.—¿Podemos pasar?

Sabiendo que sería de mal gusto hacerlas esperar en la entrada de su casa. Apenas se hizo a un lado del marco de la puerta.

—adelante chicas.

Dejando que entrarán. Todos se dirigieron a la sala de la casa, Ryoken tomo asiento en uno de los asientos de los sillones, mientras las chicas tomaban un lugar  en el suelo de la habitación.

—¿acaso pasa algo malo?, ¿tienen un problema?

—Nada solo necesitábamos un lugar para tener nuestra pijamada.

—¡Eeeh!

Ignorando la impresión del único hombre, las chicas se fueron acomodando en medio de la sala, Kiku y Aoi arreglaban las bolsas que usarían para dormir, Miyu y Hayami acomodaban algunas almohadas que usarían como asiento y Emma terminaba de pedir algunas pizzas que traerían a la casa.

 —¿Disculpen?—dice con desconcierto.—¿Pijamada?

Las chicas asienten con la cabeza sin dejar de lado sus actividades.

—una vez al mes—dice Emma, al observar el desconcierto del peliblanco.—Nos reunimos para tener una pijamada, por lo general siempre lo hacemos en alguna de las casas de las chicas. 

—Takeru invitó a sus amigos al departamento—dice Kiku, con vergüenza.

—Akira trabajará toda la noche en la empresa —responde Aoi y Hayami asiente con la cabeza.

—Spectre y Jin tiene cita para notificar su libertad condicional —menciona Miyu

—Me pidieron que cuidara a las chicas—se señala a si misma, Enma

—a mi me llamo Aoi para que las acompañara joven Kogami—Habla Risa con alegría.— y le digo que es todo un placer conocerlo fuera del trabajo, además de decirle que tiene una muy bonita mansión. Yo quisiera tener una casa así de bonita, aunque dudo mucho que con mi sueldo consiga algo, pero eso no significa que no este a gusto trabajando con Zaizen, es un buen jefe. 

Anonado por las respuesta de cada una de ellas. Apenas logra decir algunas palabras.

—¿y pensaron que mi casa era la mejor opción?

—si —corearon todas las chicas.

—Vamos Ryoken—Continuara Miyu con la explicación.— además tu mansión tiene sistema de seguridad que tal vez lo haga ser  el lugar más seguro de la ciudad.

Ryoken se quedo un poco shokeado por la respuesta. Inhala y exhala con la boca antes de levantarse y dirigirse a la salida. 

—Si gustan puedo prestarles la sala y algunas cobijas—Un ligero grito de aprobación soltaron las chicas —de todos modos estaré trabajando en mi cuarto.

Ryoken se retiro y rápidamente regreso con un par de mantas para que las chicas las tenderán en el suelo. 

—Estaré trabajando en mi cuarto por si requieren algo. 

Un día ordinarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora