Ron y Lily corrían por el bosque, sentían que sus perseguidores estaban cada vez más cerca, pero aún así no los podían ver. No fue hasta que llegaron al campamento de los indios que pudieron respirar con normalidad.
—Esas cosas son rápidas —dijo Ron en un jadeo.
—Por lo menos dime qué tienes la roca.
—Es una esmeralda —corrigió Ron—. Y si, si la tengo.
¿Por qué buscaban una esmeralda? Porque según el jefe indio, había una leyenda de una esmeralda con un poder increíble.
—¡Tampoco es! —gritó Lily con furia.
—Respira Lily, apenas es la segunda que encontramos.
—Pero estaba muy bien protegida. ¿O por qué otra cosa estarían ahí?
—No lo sé. Pero si no te calmas podrías perder el control.
En eso llegó Peter. Lily había esperado una disculpa, pero conociendo al castaño, sabía que no llegaría, al menos no como ella esperaba. Aunque eso no evito que siguieran siendo buenos amigos.
Peter vio a Lily y Ron juntos, y les sonrió. No le gustaba la pisada que sentía en el pecho, y tampoco sabía que era, por lo que había decidido ir con el jefe para averiguar si le podía ayudar.
—¡Peter! —Saludó Tigrilla— Pasa, pasa. Te estamos esperando.
Lily y Ron vieron como Peter entro a la tienda abrazado por Tigrilla.
—Así que al fin pasó —dijo Ron—. Me preguntaba cuánto pasaría hasta que al fin aceptará estar con ella.
—¿Qué?
—Al jefe siempre le agrado la idea de que Tigrilla estubiera con Peter. Después de todo, la salvó varias veces de mi padre y siempre se han llevado bien.
—No supongas cosas —acusó Lily—. No sabemos de lo que están hablando ahí adentro.
—Si tu misma dijiste que a Peter le podía gustar Tigrilla.
—Era una broma. Siempre hago ese tipo de bromas, deberías haber visto la que le hice a Pedro...
—¿Pedro? ¿Amigo tuyo?
—Ron, desde que llegué, ¿cómo cuanto tiempo a pasado en mi mundo?
—Es difícil saberlo, pero yo diría que unos cuatro meses.
—Con razón se olvidó de mi por un año —rio melancólica.
—¿Olvidarte? ¿Peter? Eso jamás. No paro de hablar de ti.
Mientras eso pasaba, el jefe examinaba a Peter, solo él y Tigrilla estaban presentes.
—Celos —dictó con simpleza.
—¿Qué?
—Significa que estás celoso, tal vez porque no pasa mucho tiempo contigo —explicó Tigrilla—. Recomiendo que le digas a Lily, o la punzada podría empeorar.
—¿Por qué piensas que es ella? —preguntó Peter sonrojado.
—Tu sonrojo es suficiente prueba —Se sonrojó más—. Además, o es ella, o la sirena. Ya que yo soy tu hermana de alma.
El jefe asintio ante eso.
—Le diré después. Ahora tenemos problemas más importantes.
—Peter, tal vez en el mundo de ella las punzadas de celos no sean gran cosa, pero aquí es diferente. Si no le dices, por lo menos acepta lo que sientes, ¿bien?
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La niña de nunca jamás
Viễn tưởng𝐋𝐍𝐃𝐍𝐉 | ❝Nunca dejes de soñar, solo los que sueñan pueden aprender a volar❞ Seguro que conoces la historia de Peter Pan, el niño que no quería crecer, y seguro que también conoces a Wendy, una maravillosa cuenta cuentos, y el primer amor de Pet...