𖦹 Capitulo 3 𖦹

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Lily despertó gracias a unos fuertes golpes en su puerta, miro el reloj de su habitación. 6:48am. Demasiado temprano para ella, intento volver a dormir, no había sido una buena noche, pero los golpes volvieron a sonar, por lo que no le quedó de otra que levantarse y abrir la puerta. En pijama rosa con estrellas

—¿Que pasa? —pregunto más dormían que despierta. Al otro lado de la puerta se encontraba María, quien a diferencia de lo que la pequeña pensaba, tenía una gran sonrisa

—Alguien te quiere adoptar —eso bastó para que la pelinegra despertara

—¿Que? —pregunto en un susurro temeroso

—Vienen a las 7 de la tarde, así que prepárate —dijo sin borrar su enorme sonrisa y entregándole un pan con relleno de chocolate que tenía escondido atrás de ella y se fue

Lily serró rápidamente la puerta, su corazón iba muy rápido y sentía que le faltaba el aire, ¿De verdad la iba a adoptar? ¿Quién querría adoptar a una niña de 10 años? ¿Serían personas buenas? Bueno, si adoptan a una niña lo más seguro que si, pero ¿Y si ella no quería ir con ellos?

Se comió en pan tratando de calmarse, no venían hasta la tarde, tenía tiempo, debía... ¡Debía buscar su libro!

Tragó lo último que tenía del pan en la boca dejándole un ligero sabor a chocolate, mientras lo saboreaba se quedó estática. Su libro estaba encima de unos peluches justo alado de su cama, ¿Cómo había sido tan ciega? En definitiva debía disculparse con María

Se cambió a un pantalón de mezclilla azul oscuro, una blusa verde y zapatos negros, se miro en el espejo decidiendo si cabello suelto o amarrado, hasta que decidió que era hora de un corte. Tomo las tijeras y frente al espejo se cortó en cabello hasta que apenas le rozará los hombros, y ya que lo tenía algo ondulado le quedó bien

Respiro profundamente y miro el libro sobre su cama, decidió dejarlo ahí y salir a disculparse con María y con las niñas que habían ido a ver cómo estaba. Un libro perdido no era razón para ponerse así

—¡Lily! —grito una niña de tez morena— me alegra que salieras

—Hola Julia —dijo la pelinegra algo desanimada

—¿Que tienes? Se supone que debes estar feliz ¡Te van a adoptar! —al decir lo último llevando las manos con emoción

—¿Ya lo sabes? —preguntó sorprendía

—Todos lo saben, la Señorita María prácticamente lo grito —rió cuando dijo lo último

—La verdad no sé si quiero ser adoptada —dijo la morena con sinceridad. Aunque no se hablaba mucho con Julia, sentía que con ella podía abrirse y no sería juzgada— No me mires asi —volvió a hablar cuando vio la cara de sorpresa y duda de la contraria— Solo soy huérfana desde hace dos años, tengo los recuerdos de mi padre bien grabados, no se si pueda adaptarme a otra familia

—Descuida —para sopresa de Lily, Julia la abrazó— Seguro que son personas geniales, y si no te convence, creo que puedes negarte

—¿De verdad me puedo negar? —Julia se separó sin dejar de tocar los hombros de Lily

—La verdad no se, pero puedes escaparte —dijo guiñando un ojo haciendo que Lily riera levemente— Así me gusta ¡Sonríe! Ahora vamos a comer

Julia siempre fue risueña y veía la manera de animar a todos, aunque era un año mayor que Lily, le agradaba, como a todos en el orfanato

El orfanato... Su segundo hogar, aunque había sido por solo dos años se había encarriñado mucho con el lugar, con María quien se había encargado de que no sé sintiera fuera de lugar, y de algunos de los demás niños y niñas. En definitiva no estaba segura de nada

La niña de nunca jamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora