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"El testigo falso no quedará sin castigo, y el que cuenta mentiras no escapará..."
Proverbios 19:5-9
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Jesucristo observa desde su cruz a los jóvenes monaguillos mientras estos preparan la próxima misa del Padre. El hijo de Dios se sentiría decepcionado por cómo las historias de cada uno se desarrollan a través del pecado. Él los ama con toda su alma y ellos, egoístamente, no le devuelven su amor.
El Padre observa a sus jóvenes discípulos trabajar de manera distraída, torpe y desganada. Si su propio padre levantara la cabeza se sentiría decepcionado. Cowell tiene ante sus ojos a cualquier cosa menos a hombres. Niega con la cabeza gacha y se encierra en su despacho, ante la mal disimulada mirada de los muchachos. ¿Tan mal ha hecho a este mundo? Les dió techo, comida, educación, creencias y valores y así lo agradecen... con mentiras y engaños.
Como es habitual, el joven irlandés prepara el atril para la primera misa. Hace tan solo dos años que empezó su carrera eclesiástica, al cumplir los dieciocho, pero con su tozudez consiguió encargarse de la parte más vital para el Padre. Si bien es cierto, al rubio no le importa especialmente si debe encender velas, preparar las lecturas del Padre o limpiar los baños cada noche, pero cuanto más importantes sean sus funciones, más protección podrá brindarle a Louis. Si el Padre le considera vital, su presencia en la Iglesia podrá perdurar.
Por desgracia para él, su posición tambalea más que nunca. Es el chivo expiatorio del Padre para, nada más y nada menos, que delatar a su único hermano, al único en quien confía. Por si fuera poco, siendo esta información totalmente ajena para el irlandés, su mayor secreto ha sido descubierto por aquel que nunca debería haberlo sabido, Nathan. El joven mónago pelirrojo, atravesando las sombras de la noche, ha conseguido colarse entre sus pecados y observarlos muy de cerca. Ahora el dilema es, ¿cómo debería actuar ahora Nathan?
El rubio limpia el altar donde cada día el Padre da la misa. Aplana el mantel que debe acompañarlo y coloca distintos objetos litújrgicos como el corporal (una especie de pañuelo que se coloca debajo del cáliz), el propio cáliz o las velas encima de esta excéntrica "mesa". Entiende y sabe que el montaje del altar tiene un proceso y unos pasos a seguir, pero mientras el Padre no mire, a él le importa poco. De todas maneras, el resultado es el mismo sea cual sea el proceso.
En último lugar, va a buscar a la oficia del párroco las lecturas de hoy. Esta vez, el Padre no le ha informado de la temática del día, aunque Niall se imagina que será otro de sus tópicos cliché como "Dios nos ama" "Al infierno los pecadores" o "¡Qué mal está ser quien eres!" Al rubio le aburren, asi que simplemente vive en otra galaxia cuando estas son leídas.
Al entrar, el Padre Cowell ni si quiera le mira, está demasiado absorto en sus propios asuntos. En opinión de Niall, ninguno bueno. Vuelve al altar y deja el primer libro en el atril, una figura metálica con la forma perfecta para aguantar un libro abierto. Un trozo de cinta roja cuelga de él. Cada noche, el padre deja marcada la página donde empiezan las lecturas de la primera misa del día.
Cuando abre el libro, lo primero que espera ver es esta cinta roja, suave y brillante, que suele quedarse arrugada bajo el atril. Sin embargo, lo que Niall ve es su peor pesadilla, el principio de su película de terror. Escucha de fondo las acusaciones y las burlas de las voces de su cabeza, las que le llevan atormentando todos estos años.
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Church of burnt romances †Larry Stylinson†
Fanfiction*Historia en español* The priest thinks it's the devil, my dad thinks it's the flu... but boy it's only you. Cinco chicos, cinco caminos, pero una sola historia. *contiene larry, zaniam y ziarry*