3. Pereza.

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(...)

"Perezoso, ¿cuánto tiempo más seguirás acostado? ¿Cuándo despertarás de tu sueño? Un corto sueño, una breve siesta, un pequeño descanso, cruzado de brazos... ¡y te asaltará la pobreza como un bandido, y la escasez como un hombre armado!"

Proverbios 6:9-11

(...)

-¡Fóllame!-El pobre chico lleva cinco minutos suplicándole a Zayn algo de atención. El pelinegro, sin embargo, quiere alargar el juego un poco más. Tenerle desesperado por un poco de contacto está haciendo que su pantalón cada vez se sienta más apretado.

El chico está decidido, no piensa rogar más. Después de todo, quizá le quede algo de dignidad que mantener. Frunce el ceño y suspira frustrado, se va a ir a casa con las manos vacías y los pantalones subidos y eso no le gusta nada.

Empuja a Zayn contra la pared con cierta molestia y, arreglando su camisa, da media vuelta para marcharse del lugar. Se siente ridículo y humillado, ni siquiera entiende qué hacen quedando en el mismo club de mala muerte otra vez. Cuatro meses lleva viéndose con Zayn y ni siquiera se ha dignado a llevarlo a su casa.

Pero el pelinegro no piensa dejar ir a su pequeño entretenimiento. Por mucho que le guste jugar, la idea de quedarse ahí de pie solo con la erección que lleva encima le desagrada completamente. Su amante no va a escaparse tan fácilmente, en especial con esos labios rosaditos que a él tan loco le vuelven.

Le agarra de la cintura antes de que atraviese el marco de la puerta y le estampa agresivamente contra la columna que tienen más cercana. La arquitectónica de ese club deja bastante que desear, todo sea dicho, ¿qué pinta una columna ahí enmedio?

-No, no. ¿Dónde vas caperucita roja?-El chico aprieta los labios, odia ese apodo estúpido que dos meses atrás le dio a Zayn por colocarle.-¿Me ibas a dejar así?-El pelinegro está cansado de juegos, ahora realmente necesita liberar lo que lleva reteniendo toda la noche. Agarra la mano del chico y la coloca de forma agresiva encima de su polla.-No sabía que eras tan cruel.-El más joven abre los ojos sorprendido, pero no aparta la mano. Por fin obtiene algo de todo lo que quiere para esa noche.

Este empieza a acariciar el bulto prominente, y una sonrisa pícara se instala en sus labios. El moreno por su parte se está muriendo del gusto, pero por supuesto no va a hacérselo saber al chico.-Quiero más.-Este aprieta su bulto y, agarrando uno de los hombros de Zayn con su mano libre, cambia por completo los papeles de cada uno. Esta vez es Zayn el que tiene la espalda contra la pared.

Le gusta tener el control de la situación, pero que su amante lo tome de vez en cuando tampoco le parece mal. De hecho, le pone a cien.

-Tú eres el cruel.-Sus miradas conectan por unos segundos, hasta que el chico empieza a dejar besos húmedos en el cuello de Zayn. Besos lentos, grandes, y muy excitantes.-Llevo toda la noche queriendo ponerme a cuatro patas delante tuyo, pero lo único que haces es jugar conmigo.-Una sonrisa atrevida escapa de los labios de Zayn. Ha sido completamente a conciencia.

El chico inspira el olor del pelinegro. Tabaco y vodka. Puede que no parezcan los olores más apetecibles, pero para él son los más adictivos.-¿Qué se supone que tengo que hacer yo? ¿Me quiero correr, es eso un pecado?-Baja lentamente por el pecho definido del mayor, mientras este permanece con los ojos cerrados y las manos en los hombros de su amante. Otra cosa no, pero el maldito tiene un cuerpo que quita el hipo.

Church of burnt romances  †Larry Stylinson†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora