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"Por eso mismo, pongan todo su empeño en unir a su fe una vida honrada; a la vida honrada, el conocimiento; al conocimiento, el dominio de sí mismo; al dominio de sí mismo, la paciencia; a la paciencia, la religiosidad sincera; a la religiosidad sincera, el aprecio fraterno; y al aprecio fraterno, el amor. Pues si poseen todas estas cosas, no quedarán inactivos ni estériles en orden al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo."
2 Pedro 1, 5-7
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El orfanato "Los Laureles" cuenta con una historia... peculiar. Es bien sabido que, alrededor de los años cincuenta, mujeres y, en general, personas fuera de la norma, eran... ¿cómo decirlo? "Guiadas" hacia un camino distinto al que quisieran ir, tachadas de locas, raras o pervertidas.
Con la popularización del electroshock (terapias eléctricas) y muchos otros métodos de "curación" bien cuestionables hoy en día, todo este tipo de personas se enfrentó durante prácticamente toda su vida a innumerables torturas en lugares bastante respetados. El hospital psiquiátrico "Los Laureles" era uno de estos sitios. A decir verdad, era el más popular de la zona.
Todo el pueblo decente de Doncaster confiaba en los profesionales que trabajaban allí para hacer de sus ciudadanos, ciudadanos con clase, respetables y, por encima de todo, no desviados.
Por desgracia para muchos, y como alivio para otros tantos, el tiempo y las ansias de cambio de la sociedad de décadas posteriores provocaron una serie de protestas contra "Los Laureles". El movimiento por los Derechos Humanos se asentó y, con él, el sanatorio vio como sus puertas se cerraban para siempre durante el caluroso Agosto del setenta y tres.
Su dueño, el doctor Phillip Cowell, acabará falleciendo cinco años después, irónicamente, de una esquizofrenia paranoide de la que padeció muchos años sin saber. Tanto tiempo diagnosticando trastornos, y no pudo ver el suyo propio.
Junto con su mujer, Julie, crearían un precioso hijo llamado Simon, prácticamente entrando la década de los sesenta. Parecían la familia perfecta, recién casada y con un pequeño en camino. Sin embargo, esta aún no alcanzando el tercer trimestre de embarazo, fue internada por su propio marido en "Los Laureles".
Phillip, al descubrir que su mujer tenía intencion de abandonar a su esposo junto con su hijo nonato al descubrir las atrocidades que cometía en aquel lugar, la internó de manera permanente y hasta el día de su muerte, para que nunca pudiera escapar de su lado.
El universo jugaría, por primera vez, con las ironías del destino, pues el realmente enfermo estaba libre y la realmente cuerda carecía de esta libertad.
Su hijo Simon no tuvo más remedio que ser enviado a un pobre orfanato a las afueras de Doncaster, medio destruido por las protestas que ya empezarían a acechar al país. Su madre, carcomida por la locura a la que le empujaron las terapias de su insano marido no pudo hacerse cargo de él. Su padre, hombre solo cuando se ponía la bata blanca, rechazará a su propio hijo al alcanzar los trece años de edad. Su rostro, igual al de su querida y fallecida Julie, será una tortura hasta el último día que lo observó.
Simon alcanzaría la mayoría de edad y se dedicaría en cuerpo y alma a la religión cristiana, sabiendo que fue lo que mantuvo viva su madre en aquel sanatorio hasta que ya no pudo más.
A los treinta y dos años, después de ahorrar toda su vida, consiguió que el trabajo de su padre, el trabajo de toda una vida, volviera a ver la luz del día. Sin embargo, nunca más volvió a ser un sanatorio, un lugar donde el caos y la locura gritarían por los pasillos.
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Church of burnt romances †Larry Stylinson†
Fanfiction*Historia en español* The priest thinks it's the devil, my dad thinks it's the flu... but boy it's only you. Cinco chicos, cinco caminos, pero una sola historia. *contiene larry, zaniam y ziarry*