-Sakura-san, ¿está bien? -le preguntó por segunda o tercera vez la enfermera. Nuevamente, Sakura volteo a mirarla con una cálida sonrisa.
-Estoy muy bien, ¿por qué tanta preocupación?
La joven frunció el ceño. El resto de asistentes miraron con curiosidad mientras Sakura continuaba operando a la joven. Ya llevaban 5 horas allí adentro.
-Es que se ve... diferente -le contestó la joven, seria.
-Pues... -susurró Sakura en medio de una sonrisa que se escondía bajo el barbijo-Diferente no necesariamente es sinónimo de malo, ¿no crees?
La joven se sintió avergonzada por importunar a Sakura y no volvió a abrir la boca. Sin embargo, Sakura no lo había tomado así. Para ella era normal que se lo preguntaran, porque en verdad se sentía diferente. Definitivamente algo en su esencia había cambiado; había algo más liviano en su mirada. Algunas de sus enfermeras se habían acostumbrado tanto a pesadez y pequeña oscuridad diaria en la energía de Sakura, que se asustaban al encontrarla de esa manera. Tan libre, tan liviana.
Pero la liviandad y repentina soltura de Sakura no iban a durar tanto como ella creía. De hecho, quizás no durarían nada en absoluto.
.
.
.
.
.
La cirugía fue de un relativo éxito. Por supuesto, habían salvado la vida de la joven, pero nunca volvería a ser como antes. No podría volver a caminar, pero estaba viva, y mientras hubiera vida, habría esperanzas.Sakura salió de la sala de operaciones exhausta. Había estado despierta, luchando y gastando chakra por más de 24 horas. Había amanecido. Quería ir a casa a dormir, pero el estómago se le revoloteaba pensando en Kakashi. También tenía ganas de verlo, pero se daba cuenta que seguramente estaba durmiendo y recuperando el chakra. Él la había pasado peor que ella. Además, también estaba aquel desgaste "extra" de energía que habían tenido... Sakura se ruborizó sola al recordarlo.
Se cambió en el vestidor y se lavó el rostro. También necesitaba un baño con urgencia. Decidió ir a la cafetería antes de ir a casa, para llevar un té en el camino. La noche anterior ni siquiera había cenado.
El hospital se estaba llenando de a poco de los doctores y el personal de salud que iba a ocupar el siguiente turno, pero continuaba relativamente vacío. Cuando ingreso a la cafetería saludó a la joven que atendía como cada día y le pidió un té para llevar. Mientras esperaba se dió vuelta a mirar a su alrededor, y se extrañó cuando vio un sujeto recostado con los brazos en la cara sobre una de las mesas. Reconoció el color de su cabello a todos esos metros de distancia, así que se acercó para cerciorarse.
Cuándo llegó a su lado no tuvo más dudas. El mismo pelo, la misma ropa que la noche anterior. Kakashi tampoco había regresado a su casa como ella lo había pensado, se había quedado esperándola toda la noche en la cafetería. El corazón se le encogió de la ternura mientras se sentaba a su lado y le acariciaba los desordenados mechones que le caían a los lados. Solamente veía la cicatriz de su ojo cerrado, que poco a poco se abría ante el tacto.
-Despertaste -confirmó ella, sonriéndole-. Me esperaste aquí toda la noche.
Él acaricio su mano y entrelazó sus dedos con los de ella.
-Siempre -le contesto él, sonriéndole de una forma tan dulce que Sakura sentía que el corazón se le derretía.
.
.
.
.
.Ya habían pasado tres meses desde esa mañana en la cafetería. La gente comenzaba a acostumbrarse a verlos juntos, aunque más de un aldeano -especialmente los de avanzada edad- se había escandalizado al verlos juntos por primera vez, como ya había ocurrido aquella vez en el almacén.

ESTÁS LEYENDO
Renaciendo
Fiksi PenggemarHan pasado tres dolorosos años desde la muerte de Sasuke Uchiha. Desde la muerte del Uchiha Sakura dejó de alimentarse apropiadamente y ya no prestaba mucha atención a su salud personal. Kakashi no tardó en notar estos cambios y decidió convertirse...