T de Tortura y Tiempo (TLH)

Esperanza

La prisión de Lincoln se encontraba vacía, cuando de pronto a lo lejos se escuchaba como el metal se movía, y una de las paredes se abrió en dos, de esta apertura apareció una máquina que avanzaba pegada al techo, de esta máquina salían cadenas, cadenas que estaban insertadas en las esposas.

Lincoln seguía la máquina a una velocidad constante, él sabía que era eso o ser arrastrado hasta llegar, una vez la máquina se detuvo él salió de la apertura y está se cerró para volver a ser su prisión.

¿Cuántas veces había hecho eso?

¿Cuánto tiempo había estado ahí?

¿Cuando aprendió que rehusarse a obedecer era una mala idea?

Esas preguntas pasaban por su mente cuando se volvía a sentar en la misma posición de siempre.

– N..ce...t..............- Lincoln escucho brevemente antes de morderse la mano, no quería escuchar a la paradoja.

– Desaparece de una vez.- Dijo Lincoln sin dejar de morderse la mano para que el dolor persista un buen rato.

Una vez dejo de escuchar cualquier indicio de la paradoja soltó su mano de sus dientes, apoyo la cabeza en la pared y empezó a recordar sobre lo que Lisa le hacía día a día.

Hace ya varios días había perdido la percepción de los días.

Día X encerrado.

– Encontraré la manera de escapar de este lugar.- Era lo que pensaba Lincoln con una de las cadenas en sus manos para luego tirarla al suelo.

Pero.......

Todo se puso oscuro unos segundos.

Lincoln veía sorprendido y molesto como las cadenas volvían a estar en sus manos.

– ¡Lisa!- Grito Lincoln levantándose y tirando con fuerza las cadenas al suelo.

Actualidad

Recordaba perfectamente que fue una mala idea reaccionar así.

Día X encerrado

– ¿¡Porque los relojes están funcionando otra vez!?- Grito Lincoln hacia el techo del lugar.

Pero la única respuesta que recibió fue el sonido del metal moviéndose, con una mirada molesta observaba como la pared atrás suya se dividía.

– ¿¡Que dem.......- Trato de decir Lincoln pero la máquina en el techo que salían las cadenas empezaron a moverse llevando a Lincoln hacia la apertura en las paredes.

Lincoln siguió a la máquina pues quería respuestas y si Lisa estaba hacia donde iba, las obtendría.

Fue llevado a una habitación con máquinas, en el centro de la habitación había un asiento con un casco de metal sobre el.

– Estimaba que pondrias resist......- Dijo Lisa hasta que fue interrumpida por Lincoln.

– ¿¡Porque los relojes están en funcionamiento otra vez!? ¡Esos relojes ya no te pertenecen!- Grito Lincoln tratando de acercarse fallidamente a Lisa ya que las cadenas evitaron su avance.

Lisa lo miro levantando una ceja.

– Parece que no entiendes tú situación actual- Dijo Lisa alejándose y buscando algo en una mesa cercana.

Lincoln solo vio como agarraba un control y presionaba un botón antes de que una descarga pasará por las cadenas, la descarga no fue tan fuerte para hacer que perdiera la conciencia pero si para dejarlo aturdido, momento en que las cadenas lo llevaron a rastras hacia el asiento y ahí fue cuando Lisa lo aseguro al asiento para que esté quieto, aún así no le quitó las esposas.

– ¿Las descargas eléctricas afectaron demasiado tu cerebro para que no entiendas?- Pregunto Lisa mientras usaba una computadora.

Lincoln seguía demasiado aturdido para poder ordenar sus pensamientos, luego el casco de metal que estaba sobre su cabeza bajo de golpe.

– No tengo ningun motivo para hacerte caso, en el momento en el que decidiste interferir en mi trabajo te volviste un obstáculo, tu resistencia fue admirable pero al fin y al cabo inútil.

Desde ese momento empezaron las pruebas en Lincoln, Lisa revisaba su cuerpo y su cerebro constantemente, cada vez que fallaba en algo podía repetirlo con el reloj, si el experimento iba demasiado lejos podría regresar antes de hacerlo con el reloj, así perdiendo la percepción del tiempo Lincoln vivía su infierno.

Actualidad

– Al menos todavía recibo comida decente.– Pensó Lincoln recostandose contra la pared atrás suyo hasta quedarse dormido.

Una vez Lincoln en sueños, estaba sentado en una mesa del Buffet Franco-Mexicano Jean Juan.

– No he regresado a este lugar desde que lo cerraron.– Dijo Lincoln mirando a su alrededor completamente vacío de personas.

Lincoln siguió mirando alrededor curioso de como podía estar tan conciente adentro de un sueño, hasta que se escucharon pasos acercándose, Lincoln miro hacia el lugar de donde venían los pasos entonces vio como de la cocina salió la última persona que quería ver.

– ¿Que haces aquí?- Pregunto de manera hostil Lincon.

– Vine a ver a mi amigo- Respondió la paradoja sentándose en la silla enfrente de Lincoln.

Notas del autor:

Lo admito, esta vez si que la hice tardando demasiado, trataré de que no vuelva a pasar y actualizaré al menos cada semana, bueno tampoco es que falte mucho para que termine esta historia, y por último mañana es mi cumple, a pasarla en grande.