Capítulo 10: Él y ella.

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Ella era una chica fuerte y decidida, tenía un kosei poderoso, era el orgullo de su familia y lo sabía. Buenas notas en la academia, un futuro prometedor, pero eso no bastaba, ella quería más. Era como un agujero negro, tragaba todo lo que tuviera enfrente, pero no fue suficiente, nunca lo era. Él estaba frustrado, su matrimonio no le había proporcionado lo que necesitaba, se veía a sí mismo como la sombra de alguien más. Estaba dispuesto a subir sin importar nada. Era como un tsunami, mientras más subía más cosas y personas se llevaba consigo.

Un día se conocieron, ni siquiera ellos supieron lo que sintieron el uno por el otro, amor, pasión o un escalón para subir y alcanzar sus objetivos. Bastó una noche, él se alejó de su familia, ella se sintió poderosa. Pasaron los meses y el vientre se hinchaba cada vez más y más. Ella le pregonaba que sería su heredero, que superaría a los hijos que le había dado su esposa y que una vez naciera formarían una poderosa y orgullosa familia. Él callaba y acariciaba su abultado abdomen, solo quería que no fuera otra decepción.

—Muchas felicidades señora, va a tener una niña.

Ese fue la primera desilusión, ya no sería un sucesor, aunque ¿En verdad un bastardo podía ser heredero de algo? ¿A una bastarda le iría mejor? De todas formas, él no volvió a ver con los mismos ojos el vientre de su amante. Ella no sabía que decir, se sentía decepcionada de su criatura al ver como él perdía el interés. Solo quería que tuviese un kosei digno, el que su padre esperaba.

—Las abandonará a ambas —le recriminó su hermano—¿No te das cuenta? Está casado y tiene hijos, él no renunciará a eso por ti y su hija bastarda.

—¡Cállate! —gritó desesperada—. Él estará con nosotras, mi hija superará a sus mocosos y lo llenará de orgullo. Nos casaremos y luego…seremos felices.

Los meses pasaron y el gran día llegó, los llantos de una pequeña niña de cabellos rojizos recorrieron el hospital.

—Está sana —decía ella con su bebé en brazos, sin embargo, lágrimas de amargura brotaron de su rostro—. Tu papá está ocupado ahora, pero sé que pronto vendrá, porque tú serás su mayor gozo.

Su hermano la miraba desde la esquina de la sala, fue el único que la acompañó ese día, sus padres se sintieron profundamente defraudados al saber que su hija tenía una relación con un hombre casado y que para colmo de males tuviese una bastarda. A ella no le importó, veía con tanta seguridad que estaría en la sima, que sería fuerte, no le importaba dejar personas en el camino aun si estos eran sus progenitores.

—Oe ¿Qué nombre tendrá la mocosa? — preguntó el joven.

—Es tan calentita y su cabello es tan suave, parece un pequeño riachuelo rojo —dijo mientras acariciaba la cabeza de su hija—, se llamará Yune, y antes de que me preguntes, sí, llevará el apellido de su padre, aunque él no esté aquí.

Él llegó al día siguiente, fue cuando cargó a su hija por primera vez, tan frágil y delicada, pero a la vez tan parecida a él. En su pecho nació la esperanza, tal vez no sería un varón, pero podría llegar a ser poderosa.

Los años pasaron y un terrible accidente ocurrió.

—Lamento decirle esto señora, pero su hija está eliminando su propio kosei.

—¿Cómo es eso posible? —decía la mujer incrédula mirando las ligeras quemaduras que tenía su hija en los brazos y en pequeñas partes de la cara—. Ese es su kosei ¿No es así? ¿Por qué lo eliminaría?

—Es un mecanismo de defensa de su cuerpo, le explico —se acomodó los lentes—. El organismo de su hija no es afín a su particularidad, como habrá podido observar por lo que pasó, simplemente no lo aguanta, por eso lo está eliminando. Su hija apenas tiene dos años, una edad bastante anormal como para que un kosei se manifieste si me permite decir, es por esto que puedo pronosticar que dentro de pocos meses su kosei habrá desaparecido.

—¿Quiere decir que será una mukosei?
—Lastimosamente sí.

—No, haga algo, evite que su cuerpo se deshaga de él —suplicó—. Solo, solo necesita controlarlo, a todos nos pasa a esa edad.

—Lo siento señora, es algo irreversible, si conservara su quirk podría morir.
Eso no fue el fin de los males.

—Mi mujer está embarazada –anunció él—. Voy a volver con ella.

—¡No! —gritó ella desesperada—. Dijiste que te quedarías conmigo, que dejarías a tu mujer —un mar de lágrimas empezó a brotar de sus ojos—. Sé que Yune dentro de poco dejará de tener un kosei, pero podemos intentarlo de nuevo, estoy segura que nuestro próximo hijo si te complacerá.

—Nunca dije que me quedaría contigo, esa idea te la metiste tu sola por la cabeza —habló furioso dirigiéndose a la entrada de la casa.

—Si te vas, le diré a todo el mundo lo que hiciste, tu cara estará por todas partes —una gran brasa llenó toda la estancia.
—No te atreverías —hablo con la voz ronca, sosteniendo fuertemente el cuello de la mujer—. Si llego a enterarme de que abriste el pico, no me hago responsable de lo que te pase a ti o a la mocosa.

Y con esas últimas palabras él salió del lugar, con ese último portazo el mundo de ella había acabado, lo había dejado todo atrás con tal de seguirlo. No lo amaba, pero no podía simplemente dejarlo ir, representaba el poder que ella necesitaba y que ya no tendría.

—Mami ¿Ese era papá? —una pequeña niña de cabello escarlata y ojos azules apareció en la sala mientras su madre se mantenía a espaldas de ella.

Las lágrimas que había intentado mantener dentro de sus ojos salieron a flote, apretó sus dientes hasta casi romperlos, de sus manos hechas puños empezó a brotar lava tan candente como el mismo sol. La culpa no podía simplemente caer en el suelo, si Yune hubiese conservado su quirk nada de eso hubiese pasado, la niña era un egoísta por haber arruinado sus planes, no la quería cerca.

Es su culpa, todo es por ella, me arruinaste la vida》

—Mamá el piso se está incinerando —llamó asustada la niña a su progenitora.

—¡Lárgate! —soltó la mujer en un estruendoso alarido dándose vuelta para ver a su hija, con su cara totalmente desfigurada por la lava que caía de su cabello.
                         💚💚💚
Hola a todos y disculpen por mi supehiatus, pero bueno acá estoy. Quiero agradecer a todas esas personas que me apoyan y le digo que no dejaré esta historia inconclusa, ha llegado a significar mucho para mí. Así que como decimos en mi país 《Esto no se acaba hasta que se acaba》.

Es un capítulo diferente porque considero que es hora de saber algo más del pasado de Yune y por que es como es. Ya en el próximo retomamos la acción .

Yune en la imagen de arriba, nos vemos en la próxima.

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