Especial: AU Medieval

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En el lejano pero muy lejano reino de… ¿Cómo se llamaba el reino? Bueno no importa, en este reino en el que existía la magia y las criaturas fabulosas, vivía en una cabaña de un pequeño pueblo una simpática pelirroja de 15 años junto a su tío, quien fuera un antiguo instructor de caballería y un sacerdote renombrado, amigo de este. La chica era la luz del día, siempre motivada, educada y sobretodo humilde.

—¡Muere maldita rata! —cabe recalcar que era una amante consumada de los animales, era su pasión.

—Yune, que te he dicho de respetar a cada ser vivo de este mundo —le regañó el señor mayor.

—Pero si tú fuiste el primero en gritar apenas apareció —le reclamó levantando al muerto animal.

Pero la chica no era del todo feliz, soñaba con realizar hazañas de tal magnitud, que su nombre aparecería en cantares de leyendas y no los de esos estúpidos que se hacían llamar aventureros por poseer ¨habilidades sorprendentes¨.

Pobre humanidad, se perdía de su innegable talento pulido con años de práctica.

Todo eso llegó a su fin un día.

—Señores –llamó la chica sosteniendo un morral al hombro –, me marcho a cumplir mi destino. El mundo no conocerá aventurera mejor que yo por siglos, no, milenios.

–¿Con el permiso de quién? –le respondió el pelirrojo mayor dándole un coscorrón en la coronilla de la cabeza.

Nunca dije que sería ese día.

–¡Voy a cumplir mi meta y ninguno de ustedes me va a impedir llevarla a cabo! –gritaba la chica de ya diecisiete años corriendo hacia la salida de la cabaña.

Pero su plan se vio frustrado al pisar una soga la cual activó un sofisticado mecanismo de trampa, el cual la dejó colgando de los pies. Las maldiciones no tardaron en hacer acto de presencia.

–¿No crees que te pasaste un poco Yuzo? –intercedió el mayor– Esa trampa se usa para cazar animales salvajes.

–¿Hay diferencias? –ambos se miraron y negaron.

Ese tampoco.

–Tengo veintidós años, sé usar la espada, me conozco todos los caminos y sé bañarme sola –hablaba con voz monótona a sus dos responsables –¿Puedo salir a recorrer el mundo, realizar aventuras dignas de mención y así cumplir mi objetivo en la vida, por favor?

–Claro que sí –intervino su tío–, siempre y cuando Saruki te acompañe.

Y así, de la manera más heroica posible abandonó el seno de su hogar, a su pueblo, todo lo que le era conocido y emprendió el viaje acompañada de su fiel amiga Saruki, una gran fan de los aventureros, la cual conocía cada mínimo detalle de ellos.

Cada. Mínimo. Detalle

–Y entonces llegué a la conclusión de que, si el príncipe Todoroki tiene el cabello bicolor, significa entonces que posiblemente tenga una axila con vello rojo y que la otra lo tenga blanco, pero si vamos más abajo entonces tendremos…

Era un dolor de cabeza para nuestra protagonista cuando su acompañante empezaba a hablar de todos ellos, le daba jaqueca. Debería dejar de perder el tiempo pensando en sus ídolos, pues cuando ella se diera conocer nadie recordaría el nombre de esos ineptos.

–Saru –le interrumpió ya hastiada de todo su parloteo.

–Dime –le sonrió la contraria.

–¡Cállate!

Una preciosa amistad forjada con los años en las que el respeto y la tolerancia reinaban.

¡Una total hermandad!

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