Capítulo 2: Poli bueno o poli malo

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Camino apresurada por las calles de la ciudad, hoy será el día, me pararé enfrente de ese idiota de mi jefe y le enumeraré todas y cada una de las razones por las que debería estar en cualquier lugar menos cuidando el tráfico. Por favor, posiblemente sea su mejor agente y él lo único que hace es desperdiciar mi talento. Pero no más, hoy empiezo un caso de investigación sí o sí.

Entro por la puerta principal de la comisaria, hoy ni siquiera me planteé arreglarme el cabello, solo me puse una liga y listo, ahora tengo mechones que se salen de está dando la apariencia de que mi cabello es más corto de lo que en verdad es.

No saludo a nadie hasta que llego a la recepción, allí está, como siempre, sentado Zenitsu, un chico rubio y extremadamente miedoso, el mejor lugar que le pudieron dar fue de recepcionista. Él no se queja claro, es más, aprovecha este lugar para coquetear con cualquier ser que tenga un par de pechos enfrente.

—El jefe —me apoyo en la recepción y aprovecho para recuperar el aire, mi trabajo me pide que este en óptima forma física, pero tampoco hay que exagerar.

—Buenos días Yune-chan —me saluda con una enorme sonrisa casi puedo ver flores alrededor de su persona—. El jefe se encuentra en su oficina, estás de suerte ahora no tiene a nadie.

—Pues que bueno —me separo de la superficie y empiezo a caminar hacia mi destino, es ahí cuando algo sostiene mi muñeca.

Sé quién es y qué es lo que quiere, así que me giro con desgano hacia él, esto es así desde que empezó a trabajar aquí. No me lo tomo personal, hace eso con todas.

—¿Y ahora qué?

—Es que hoy te ves tan linda, tu melena roja te da un toque tan salvaje, que mueves las llamas de mi corazón —suspira y continua—. Creo que nunca podré recuperarme de tu doloroso rechazo…

¿Es en serio? No se recuperará de mi rechazo, ni el de todas las mujeres que trabajan aquí.

Rápidamente retiro mis manos del abrazo que él les estaba dando con las suyas y me retiro de nuevo emprendiendo mi camino.

–¿En qué momento me llegó a coger ambas manos? –me las miro y un escalofrío sacude mi cuerpo, mucho contacto para mi gusto.

Sigo caminando hasta que llego a mi destino, toco dos veces la puerta, del otro lado sale una voz que me permite el paso, abro y entro quedando frente al escritorio central del despacho.

Mi jefe cuyo nombre es Tsukomi Nobutada, se encuentra detrás de este hojeando un periódico. Es un señor que ronda los cuarenta y tantos, su cabello marrón ya presenta algunas canas y sus ojos achocolatados se muestran cansados tras un par de gruesas gafas. Antes era un héroe profesional, pero por hechos que desconocemos, dejó ese oficio y se dedicó a ser policía.

No me malinterpreten, que le diga idiota en mi casa, no significa que en verdad lo sea, de hecho, es bastante competente y gentil con sus subordinados, pero siempre infundiendo respeto, su único defecto es que no aprecia el talento cuando lo ve. Pero eso no importa, le daré la posibilidad de redimirse.

—Oh Yune, tanto tiempo que no te veía por aquí —me saluda dejando el periódico a un lado con una gran sonrisa—. Justamente quería verte.

—¿Enserio señor? —será lo que creo que es, me pondrá un caso— ¿Puedo saber qué es?

Debo tener los ojos brillando por la expresión de comprensión que me regala.

—Debo felicitarte, desde que estas como agente del tráfico, el número de accidentes ha descendido de manera brusca —para de hablar y suspira—. Te encargaré otra jurisdicción más amplia, debo decir que es una gran responsabilidad ya que…

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