Capítulo 21

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CAPÍTULO 21

"Libertad"

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La castaña niega jamás había matado a nadie y sus lágrimas comenzaron a ser más constantes – Hazlo o acaso no quieres ¿el dinero? ¿el poder? ¿el cuidado de Liam? – esta la mira con rabia – No quieres a tu hermano – Narah se ríe y acoge el arma de la castaña – déjalo y te haré libre – le da una dulce sonrisa, le quita el arma y la desmantela

– ¿Cómo? – esta con grandes dudas la mira

– ¿Quieres ser como yo? O ¿Quieres ser libre? Escoge haré lo que quieras, pero la libertad de tu hermano no es una opción – esta mira a su hermano quien le pide suplicante

–Edly, bebé por favor no dejes que esté sucia perra me toque – esta cierra los ojos y desvía su mirada limpiando sus lágrimas con la manga de la capucha que llevaba

–Debo decidir – dice mirando a Narah quien deja caer las balas una por una y se sienta en un sillón de cuero blanco, mirándola expectante a lo que decidirá – quiero ser libre – esta asiente

–Buena decisión – se levanta y toma el teléfono de uno de los guardias – ¿A dónde quieres ir? – esta la mira y ve como su hermano estaba mirando el piso

–Mándame lejos de todo esto – sale por la puerta del departamento del Sr H

–Entonces que esperan ustedes ya llévenselo estoy muy cansada de lidiar con estos dos – ve que se lo llevan – también llévense eso – señalando las partes restantes del arma que trajo Edlynne.

La castaña salió de aquel edificio con una sensación de libertad y coraje, dado que no pudo hacer lo que quería, pero tenía algo contra Narah y era ella misma.

El Sr H quien había escuchado todo lo que pasó notó que Narah estaba un poco loca, pero solo hizo que la deseara más, cuando la pelirroja cruzo el umbral de la puerta donde este la esperaba la beso con ansiedad y devoción.

Al otro lado del continente en China en la zona roja se encontraba una mujer destrozada siendo cogida por su cuarto cliente del día, su único pensamiento era aquella pelirroja de la que había ya planeado como tomaría venganza, así que cada uno de aquellos billetes la acercaba a ella, las lágrimas de los ojos llenos de dolor se derramaban mientras la fricción de aquel cliente entraba y salía de ella. Una llamada la hizo dejar de lado al cliente que quería seguir metiendo su miembro en el cuerpo de la pelinegra deshonrada.

– ¿Quién eres? – responde notando el número telefónico procedente de Londres

–Alguien con una oferta de venganza – los ojos negros le volvían a brillar después de tanto tiempo

Narah

El beso de disculpa y fervor de Liam hizo a mi cuerpo temblar suplicante, mis piernas se debilitaron y me hicieron caer de rodillas, para que el impacto no sea tan grande Liam me sostenía bajando conmigo.

–Creo que no tengo la fuerza suficiente para seguirte el paso – le sonrío

–Ven, te bañaré y vestiré – siento que soy su muñeca, pero lo acepto, me sentía muy cansada

–Cuéntame ¿Qué paso con Camille? ¿Qué pasó en la empresa? – Liam me sonríe y me lleva cargada al baño, mientras llena la bañera de agua caliente y me desviste, los recuerdos dolorosos de Camille con las muñecas cortadas y llenas de sangre me recorren el pensamiento.

–Deja de recordar cosas malas, ven te bañaré – mi cuerpo se veía delgado, demasiado a mi gusto, mi piel se pegaba a mis huesos – ¿El agua está bien? – asiento y veo como sube acomodando las mangas de su camisa blanca, desabrocha unos botones de esta y quita su corbata.

Un Destino IneludibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora