Comencé a odiar las tormentas desde aquel día.
Mis padres me habían comprado una caña de pescar nueva y quería usarla por primera vez, así que le insistí a mi abuelo que me llevara en su lancha para pescar. Hubo una tormenta muy fuerte, tanto que le hizo recordar al incidente que ocurrió con mi abuela hace algunos años y su corazón colapsó. Para cuando los marines nos encontraron ya no se podía hacer nada por él.
Realmente lo amaba y todavía lo hago, pero supongo que era su tiempo de ir con Dios, cosa que no entendí en su momento. Me puse muy mal, el hombre al que tanto admiraba ya no estaba, nadie más me enseñaría sobre constelaciones o sobre navegación. Ya no podría abrazarlo.
—No te preocupes Gabe—me dijo—Hijo todo estará bien. Sabes que después de una oscura tormenta habrá un lindo arcoiris, siempre te lo he dijo—me consoló—no tengas miedo, el sol saldrá.
Aquel hombre me enseñó tantas cosas desde que era pequeño. Gracias a él aprendí a jugar béisbol, aprendí a montar bicicleta. Lo malo fue que nunca me enseñó a vivir echándole de menos pero como todo en la vida se aprende, con el tiempo me acostumbré a vivir extrañándolo y se que América también aprendería a hacerlo con su hermana.
Dios estaba con ella, y confiaba en que él curaría su dolor como lo había hecho conmigo. Él aliviaría sus males.
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Encontrando mi sonrisa [Sonrisas Parte II] [Cristiana]✅
Short StoryGabriel es un chico esperanzado y sueña con que un día será valiente y se enfrentará a su familia. Entonces recordando las palabras de aquella chica, de aquella que nunca podrá olvidar, se armará de valor y junto a Dios cambiará para encontrar su so...