Capítulo Cinco

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—Recuérdame el por qué estamos viendo una película de terror—murmuré para que sólo ella pudiera escucharme y no molestar a las demás personas que se veían muy concentradas.

América quitó su vista de la gran pantalla y me observó—¿Qué pasa?¿Acaso tienes miedo?

—Pues claro que tengo miedo—confesé sin ninguna vergüenza aferrandome a ella. Eso era una de las pocas cosas buenas de ver una película de terror con América. Podía abrazarla y acercarme tanto como pudiera, así que mientras ella disfrutaba de una manera extraña viendo escenas terroríficas yo apreciaba sus gestos y los pequeños detalles de su rostro, aquellos de los que tanto me había enamorado.

Cuando la película acabó la convencí de que llenáramos nuestro estómago con comida chatarra de McDonald's como hacíamos en los viejos tiempos. Luego caminamos a paso lento hacia el hospital en donde estaba su hermana y hablamos de cosas tontas.

—No sabes cuanto me arrepiento de haberte dejado ir ese día—suspiré recordando lo mucho que lloré—lo nuestro fue un amor esporádico, pasajero, y no sé cual es el plan de Dios pero nunca pude logar olvidar todos aquellos pequeños momentos que pasamos juntos ¿Te arrepientes de haberme conocido, América?

—Jamás me arrepentiré de lo que pasó entre nosotros. Gracias a tu insistencia conocí a Dios y eso fue lo mejor que me pudo haber pasado en la vida. Gabriel, tú, fuiste la señal que Él me envió para demostrarme que no estaba sola, y que, si era valiente tendría la oportunidad de ser feliz, de sonreír con autenticidad.

América se escuchaba tan sincera que me fue imposible no caer una vez más por ella. En primer lugar nunca la había conseguido olvidar y besar a otra chica que no fuera ella se convirtió en un martirio para mi. Nunca existirán otros labios tan perfectos como los suyos.

—Oye, Mer ¿Tienes novio?—pregunté con cautela, ella detuvo su andar y recuerdo que me observó con detenimiento sin dejar de sonreír.

—No Gabrielito, hace casi cinco años que no me interesa alguien de forma romántica.

—¿Y eso qué significa?—indagué con finjida inocencia. Mi corazón latió muy rápido y mi respiración se volvió pesada ¡Por Dios! ¿Por qué sólo con ella me sucedían esas cosas? ¿Por qué con tan sólo un par de palabras pronunciadas conseguía ponerme nervioso?

—Significa que en mi mente solo ha estado un chico. Significa que en mi corazón se acelera por un chico que conocí hace cinco años. Significa que ese chico se ha apoderado de mis pensamientos desde que me habló por primera vez. Se llama Gabriel Josué Harrison Steven ¿lo conoces?

—Tal vez—fingí pensar, aunque por dentro moría por dar mil saltos de alegría—ese chico parece ser muy afortunado.

—¿Lo es?

—Lo es—afirmé acercándome a sus labios—te extrañé mucho, América—susurré antes de besarla lentamente.

¡Y vaya que fue un buen beso¡

Encontrando mi sonrisa [Sonrisas Parte II] [Cristiana]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora