Con el pasar de los días América se iba acostumbrando al vacío que sentía, sólo, aveces, sollozaba un poco. Y eso me de alguna manera me hacía sentir mejor, verla triste y decaida no me gustaba ni un poco.
A pesar de que no fue buena idea, una tarde la llevé con mis padre para que la conocieran. Unos amigos nos habían visto juntos y ellos estaban llenos de curiosidad. Y como pueden imaginarse nada acabó bien. Cuando llegamos mis padre comenzaron a interrogarla y eso me pareció molesto pero normal, miraba de reojo a América a cada minuto para ver si estaba incómoda pero, si era así, lo disimulan muy bien. Toda la merienda transcurrió bien hasta que mi madre comenzó a tocar temas que no debía.
—Y dinos América ¿A qué se dedican tus padres?—ella, obviamente, comenzando a ponerse incómoda cerró sus manos en un puño.
—Mi padre es ingeniero y mi madre era pintora y artesana, pero ocurrió un accidente con sus manos y ahora sólo es ama de casa—explicó América.
—Oh, entiendo—dijo mi madre pensativa, mientras que mi padres se mantenía callado—¿Cómo se conocieron ustedes dos?
—Nos conocimos hace mucho tiempo, cuando él se acercó a mi y me invitó a que asistiera a la iglesia.
Mi madre se quedó callada unos segundos como si estuviera analizando algo y luego dijo: —Así que tú eres aquella chica a la que nuestro Gabriel ayudó—todos mis sentidos se pusieron alerta. Tenía el presentimiento de que mi madre haría alguna de las suyas, y no estaba nada equivocado—mi hijo siempre ha tenido un alma noble, le encanta ayudar a las almas perdidas—aquella comparación no me gustó nada, ni a América tampoco pero ella lo supo disimular mejor. Lo hizo ver como si yo sólo hubiese sentido lástima.
—Mamá no me acerqué a ella porque pensará que era un "alma perdida", sino porque la vi tan bonita que pensé que tenía que hacer algo para hablarle. Lo de invitarla a la iglesia solo fue una escusa para saber cuál era su nombre—respondí y era cierto en una parte. Aunque me moría de curiosidad por ella, la verdad era que al mirar aquellos ojos tristes pensé que necesitaría amor de Dios.
América sonrío leve y le dio un sorbo a su jugo, mientras que mamá solo me ignoró.
—Lo cierto es que mi hijo es todo un galan conquistador—bromeó un poco mi padre para romper la pequeña tensión que se había creado—hacen una bonita pareja ¿No lo crees, cielo?
—No, no lo creo—cuestionó mi madre haciendo que la mirara enojado. Una vez que siguiera hablando lo arruinado todo, pensé. Y así lo hizo.—Creo que mi hijo es una chico amable, tranquilo y muy buena persona que tiene una familia muy unida y ella, pues...
—Un "alma perdida" que tuvo la suerte de que su hijo se acercará a ella—concluyó América con amargura—usted piensa que yo soy muy poca cosa para su hijo y que él es demasiado bueno para mi.
—Menos mal que lo has entendido. No quisiera ofenderte pero no me pareces la mejor opción para él. Así que no estoy de acuerdo en que estén junto, preferiría que él regresara con Melany, ella si que es una mujer para él.
Yo iba a contestar pero América fue más rápida que yo—Escuche señora a lo largo de mi vida he sido insultada y humillada de muchas manera y me prometí a mi misma que nunca nadie me iba a hacer sentir inferior una vez más. Si usted piensa eso, es su problema. Nos queremos y nada va a cambiarlo, somos felices juntos ¿Usted desea que su hijo viva infeliz con una chica que no quiere antes de verlo caminar junto a mi? Al parecer así es. Se que lo que quiere es lo mejor para su hijo pero pienselo dos veces antes de decir que una persona es inferior a usted y a su familia. Soy una chica con una familia disfuncional, así es. Mis padres nunca me quisieron, así es. Pero no por eso me va a tratar de esa manera—los ojos de América desprendía una mezcla de furia y tristeza—lo siento pero no puedo estar aquí—me dijo antes de salir corriendo.
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Encontrando mi sonrisa [Sonrisas Parte II] [Cristiana]✅
Short StoryGabriel es un chico esperanzado y sueña con que un día será valiente y se enfrentará a su familia. Entonces recordando las palabras de aquella chica, de aquella que nunca podrá olvidar, se armará de valor y junto a Dios cambiará para encontrar su so...