Capítulo Doce

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Salí detrás de ella para intentar calmarla, después de haberle gritado muy feo a mi madre. Estaba furioso con ella ¿cómo podía ser tan mala con América?

—Perdón, Gabriel, no mereces que algo así pase. Pero es que ella...

—Lo sé—la interrumpí acercándome—a mi tampoco me gustó nada lo que dijo.

—Esta claro que yo mo soy la indicada para ti y no quiero causarte problemas con tu familia, así que será mejor que nosotros...

—Que nosotros nada—no me gustaba por donde iba aquella conversación ¿acaso intentaba terminal conmigo porque se sentía culpable?—escúchame bien. Te traje aquí para que ellos te conocieran, no para que me dijeran que no eres buena para mi. Soy adulto y tomo mis propias desiciones, ellos no interferiran de nuevo. Ya te perdí una vez y ahora que Dios volvió a ponerte en mi camino no pienso dejarte marchar ¿entendiste?

—Yo, sólo, no quiero causarte problemas—contestó afligida y la abracé.

—Tú no me causas ningún problema—tomé su rostro obligándola a alzar su barbilla para poder mirarla a los ojos—Te amo y lucharé por nosotros cada día de mi vida.

No iba a permitir que ella se fuera está vez. América había atrapado mi corazón y estaba feliz de que eso hubiera sucedido. Empezaba a construir algo muy bonito y ni siquiera los comentarios frívolos de mi madre lo iban a derrumbar.

Encontrando mi sonrisa [Sonrisas Parte II] [Cristiana]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora