Capítulo 1: La pesadilla.

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Capítulo 1: La pesadilla

(Claire)

-¡Claire, despierta o llegarás tarde!-escuche aquel grito alto y fuerte tras la puerta de mi habitación.

"Maldita sea" pensaba mientras me cubría de nuevo con las sábanas de mi camita aun calentita.

-¡No lo repetiré más! ¡Levántate! ¡Que tienes examen de Matemáticas a Segunda hora!- decía mi madre golpeando la puerta de mi habitación.

-¡Pues entonces la primera la pasaré durmiendo!- respondí gritando con el mismo tono que utilizaba mi madre. Esta era famosa en la casa por llevar la voz cantante (de ópera, considerando la intensidad de voz que usaba para hablar) y lo que ella decía iba a misa, literalmente, pero a mí daba igual. Había pasado una mala noche entre sombras que aparecían en mis pesadillas. Además tampoco quería ir a clase y que la "pelo mocho" de su profesora me quitara el examen por que piense en voz alta, que lo hago. Se me pasaron las ganas de dormirme otra vez cuando recordé la pesadilla de anoche. Me pareció ver una figura encapuchada mirándome fijamente con unos ojos rojos que resplandecían frente a mí en la oscuridad. ¿Qué seria aquello?

Me fui a desayunar y al instituto con ese pensamiento dándome vueltas en la cabeza. Vivía cerca, a unos 3 minutos más o menos. Ventajas de tenerlo en el mismo barrio. Durante el camino estuve dándole vueltas a lo que había soñado anoche. Había pasado otras veces que tuviera sueños extraños, la diferencia era el realismo de este último. Desde que empezaron a aparecer me había sentido observada por alguien que no conocía al mismo tiempo que por otras "cosas", así las definía yo. Al llegar a clase me senté y saqué los libros; en realidad lo hacía para parecer que estaba atenta cuando en realidad seguía sumida en mis pensamientos "¿qué me pasaba? ¿Qué eran esas "cosas"? ¿Quién era el que me observaba?"

"¡PAAAM!" una mano que golpeó fuertemente mi mesa me sacó de mis pensamientos. Cuando alcé la mirada me di cuenta de que la profesora me estaba mirando con expresión seria al igual que toda la clase.

-¡Claire! ¿Qué acabo de explicar?-. Preguntó la profesora

-¿Yo que sé? Si no hace más que aburrir al personal... ¿Cómo quieres que te escuche?-. Le solté en su cara con orgullo y decisión. La clase estalló a carcajadas y la profesora decidió ignorarme. Yo era famosa en la clase por no tener pelos en la lengua para contestarle a los profes y decir lo que pienso; actitud por la cual me cogen manía algunos, pero me daba igual.

Las clases terminaron y me dispuse a salir del instituto acompañada de mis amigas Blanca y Sharon. Blanca era una chica libre y soñadora, algo despistada pero muy alegre; siempre se las apañaba para contagiarte su sonrisa y era casi como una psicóloga, ya que tenía un don para escuchar, aconsejar y animar a la gente aun cuando no tenían razones. Se la caracterizaba por tener la piel tan blanca como la nieve, característica que le daba honor a su nombre.

Sharon, alias la rubia lista y peleona. Bueno... Sharon ya es algo seria, por no decir que la veías y parecía que estaba amargada, pero nada de eso. Más bien era como si observara con detalle todo a su alrededor y estuviera siempre alerta. No era lo que digamos una chica muy expresiva, era muy dificil sacarle una sonrisa. Blanca y Sharon eran como polos opuestos, y sin embargo se llevaban bien, y eso que la rubia a menudo se burlaba y la regañaba por su comportamiento a veces demasiado infantil y optimista. Como yo y blanca: energética y peleona, sin pelos en la lengua pero con más respeto hacia sus mayores cosa que yo... en fin. Nos conocían un poco como las supernenas.

-¿Estás bien?- me preguntó Blanca- Pareces como dormida-.

-¿No jodas que has vuelto a soñar?-.Preguntó Sharon con mirada preocupada.

Alma Oscura (Crónicas de la Orden. 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora