Alma Oscura (Crónicas de la Orden. 1)

Capitulo 9: Presencias y Cisne blanco

Capítulo 9: Presencias y el Cisne Blanco

(Gilbert)

Han pasado cinco días desde lo ocurrido en Iskeria. Gracias al hechizo de Amelia la ciudad se había restablecido, y los humanos habían olvidado la terrible catástrofe que asoló la ciudad. Todo por nuestra culpa. Yo ya me había regenerado las heridas, gracias a la atención de Jésica, nuestra sanadora profesional, no había tenido problemas en regresar a la normalidad en tres días. No podía evitar pensar en lo que el maldito corazón oscuro me había obligado a hacer. Casi mato y le arranco las alas a Jake. Intenté matar a Aura. Luka vino a salvarme y casi le mato también. Luka había traspasado las puertas del Limbus por mí, aun sabiendo que podría no haber vuelto a Umbría nunca más; y por si fuera poco, encima me había preparado un frasco de su sangre concentrada con magia que había estado llenando durante tres semanas. Tanto sacrificio por parte de él me incomodaba.

Él había hecho muchas cosas por mí. Había estado a mi lado desde que lo conocí y nunca me había abandonado. Y yo... ¿Qué había hecho por él? Según me dijo él un día "le había dado una razón para sonreír". Se me escapó una sonrisa cuando recordé la ternura que puso en aquellas palabras. Empecé a pensar en lo que el Corazón oscuro se puso a meditar cuando se encontró con Luka. Estaba meditando sobre mi alma. Que no era como las demás. No sé a qué se refería, pero creo recordar que mencionó algo cobre "un alma tan poderosa capaz de rechazarme más de una vez". La verdad el mérito no era mío.

En todo caso sería de Luka que me daba fuerzas con su sangre. "El alma que cautivó al mismísimo príncipe demonio" ¿Como que cautivar? ¿A qué se refería el corazón oscuro con eso? ¿Insinuaba que Luka estaba conmigo por mi alma? No. Lo conocia. Había escuchado de demonios que servían a humanos con el único precio de obtener su alma mediante "contratos". Un contrato servía para que un demonio se convirtiera en tu leal sirviente a cambio del alma del contratista cuando muriera o finalizara el contrato. Para realizarlo, el demonio y el contratista debían unirse en cuerpo y alma. Y para ello había 3 formas. O con un ritual súper complicado que no siempre funcionaba, o tomando un poco de la sangre del contratista, o... ejem... unirse de otra forma... más vergonzosa e intima

Después de eso, el demonio debía cumplir con todas y cada una de las órdenes que le diera sin importar la voluntad del demonio cuando este oía la frase: "Es una orden". Eso es lo que había oído. También había leído muchas historias y relatos sobre demonios y humanos, e incluso entre demonios, que habían firmado un pacto por diversas razones. Amelia y yo disfrutábamos mucho con esas historias, sobre todo los romances entre contratista y demonio que siempre acaban trágicamente, pero nunca acababan igual.

Aun así si Luka hubiera deseado devorar mi alma, lo habría hecho hace tiempo, porque oportunidades no le han faltado, ni tampoco me había mencionado el tema de establecer un contrato conmigo. Si lo que quería es mi alma, pues eso es lo que tenía que hacer para conseguirla. Entonces ¿Por qué según el corazón oscuro mi alma lo habría "Cautivado"? Cautivado no es la palabra... Despues de todo ambos sabiamos el porque nos encontramos. Al final dejé esos pensamientos para otro momento. Ya eran las diez de la mañana y empezaba a tener hambre. Bajé al comedor a desayunar. Como esperaba, estaba vacío. Las chicas estaban ahora en Iskeria siguiendo con sus vidas normales dando clase.

La verdad yo hace tiempo que había dejado de asistir al instituto. Mis padres estuvieron en contra de que dejara los estudios por esas "tonterías" mágicas. A mí me daba igual lo que dijeran, pero llegamos a un acuerdo de hacer lo que sería clases en semipresencial. Solo asistía a clase cuando había examen. Y precisamente ahora empezaba nueva evaluación y hasta dentro de dos meses no tendría examen. Terminé mi desayuno y me dispuse a volver a las habitaciones. Pero no era la mía la que buscaba. Era otra situada dos puertas a la derecha de mi habitación. La de Jake. Entré despacio. Las paredes blancas estaban adornadas con posters de lobos aullando a la luna, grupos musicales, y otras cosas.