Alma Oscura (Crónicas de la Orden. 1)

Capitulo 4: Viento y oscuridad

Capítulo 4: Viento y oscuridad

(Claire)

Estaba en una sala rectangular enorme. Estaba nerviosa. ¡Tenía poderes! ¡Dominaba el viento! ¡Era especial! ¡Y mi mejor amigo me va a enseñar! No sabía expresar con palabras lo emocionada que estaba.

-Bien Claire, empecemos- Gilbert extendió los brazos y un montón de cuervos salieron de la nada envolviéndolo en un torbellino de alas negras. Cuando los cuervos se dispersaron, su aspecto había cambiado. Ahora llevaba una chaqueta negra de cuello alto abierto que le llegaba hasta los tobillos y parecía extenderse con el viento. Su camisa negra ahora era blanca y ceñida, marcando su torso delgado ligeramente definido y marcado, con un dibujo de alas de ángel negras en el centro. Sus vaqueros azul oscuro ahora eran pantalones negros ajustados con cinturones cerrados para complementar. Ese conjunto le daba un aspecto... cual sería la palabra exacta aparte de genial... igual que visten los héroes de los animes... pues Gilbert estaba mejor.

Estaba genial con su conjunto de héroe de manga, y yo... con un pijama azul de gatitos amarillos... dios que vergüenza. Entonces Gilbert se quitó la chaqueta y me la lanzó. La cogí al vuelo, pero en cuanto la toqué se convirtió en otra bandada de cuervos que me rodearon de la misma forma que a Gilbert. No veía nada. Tan solo alas, picos y las plumas negras que soltaban esos pajarracos. Cuando los cuervos dejaron de girar alrededor de mí, volvieron con Gilbert transformándose otra vez en chaqueta. Baje la mirada y... guau. Llevaba un traje a medida azul oscuro que me cubría todo el cuerpo. Tenía simbolos de espirales de un azul más claro, como si fueran dibujos de viento. Además, llevaba como una armadura metálica que me cubría los pechos, cintura, manos, cabeza (una diadema) y hombros. Y encima tenía una capa de un azul clarísimo, casi blanco, que me daba un aire más majestuoso. En resumen: un traje digno de la elegida de los vientos.

-Gilbert... esto es... guau.- dije maravillada. No tenía palabras para describir un conjunto tan guay como el que llevaba puesto. Iba así a una fiesta de disfraces y se les cae la baba a todos.

-¿Te gusta? La vestimenta de combate obdece a los deseos del propio elegido y cambia dependiendo de la moda de la época- dijo Gilbert.

-Siiii, me encanta- respondí riendo.

-Bu...bueno- dijo él recuperando la compostura -Pues este será el conjunto que utilizarás para luchar. Bastará con desearlo para que aparezca y sustituya tu ropa actual. Viene de perlas sobretodo cuando tienes que mancharte. Se regenera y limpia por si solo, además de que sirve de aislante térmico, a excepción de todo lo relacionado con la magia. Ahora empecemos con la primera lección.- dijo él mientras apretaba los nudillos como preparándose para lo que se avecinaba. -En primer lugar, te diré que no nos llevará tampoco mucho tiempo, pues todas las técnicas, todas las habilidades y todo lo que te hace ser quien eres, está grabado en tu alma. Todo lo que aprendiste durante tus vidas pasadas sigue ahí, solo que está como dormido.- comenzó a explicar mientras yo escuchaba con atención totalmente fascinada. -El tiempo que tardes en volver a ser la elegida de antes dependerá de ti, y me temo que la mayoría de las técnicas tendrás que recordarlas tu misma. Pero tranquila, yo te enseñaré lo suficiente como para que puedas defenderte tu sola. Luego tendrás libre acceso a la biblioteca, la sala de entrenamiento, e incluso de mi mismo si me necesitas para algo. Especialmente, si por casualidad empiezas a recordar detalles sueltos de tus vidas anteriores-

-¿Cuanto tardaste tú en desarrollar tu auténtico potencial?- pregunté curiosa. Él me miró como calculando.

-En mi caso... bueno... era algo obstinado y tendía a creerme superior a los demás, y prestar poca atención a las clases. Más o menos tardé así como dos semanas, pero mi entrenamiento se prolongó aún más, pues además de mi elemento debía controlar todos los demás casi tanto como vosotros, para así poder instruiros- respondí recordando aquellos tiempos.