Capitulo 8: Alas negras

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Capítulo 8: Alas negras

(Gilbert)

Mi corazón empezó a palpitar con fuerza cuando mi sangre tocó mi pecho y apareció el símbolo. Sentía el fuerte y violento palpitar de mi corazón en todas las células de mi cuerpo. Sentía como mi poder aumentaba y empezaba a arder. Mi cuerpo se tensaba, mi rostro adoptaba una expresión de dolor y de esfuerzo. Sentía como mi alma se hundía en el vacío para dar paso a algo más oscuro y maligno. En mi espalda sentía algo que quería salir a través de mi ropa. El corazón oscuro trataba de devorar mi alma y adueñarse de mi conciencia por siempre. Pero gracias al hechizo de Amelia podría conservar algo de mi alma durante un tiempo. Antes de desvanecerme me fijé en el colgante que llevaba en el cuello. La pluma negra estaba vibrando y brillando. Luka... En seguida me arranqué el colgante para que mi amigo no sufriera el tormento que conllevaba ser dominado por el Corazón oscuro. Supongo que pensaría lo peor al dejar de sentir mi aura de golpe, pero era mejor a que sintiera mi energía llena de rabia y odio. Arrojé el colgante a Aura, que lo cogió al vuelo extrañada.

-¿Gilbert?- dio ella. Me miraba con la misma expresión que ella había dirigido a su novio cuando la apuntó con su arma: una mezcla entre miedo y lastima. Me dolía el hecho de tener que hacer esto. Si hubiera otra salida... no tendría que haber recurrido a medidas tan desesperadas.

-Lo siento, Aura- Respondí antes de desvanecerme. En mi mente rondaron pensamientos como: espero no matar a Jake, pero sobretodo que Aura no vea nuestro combate, que su primo y su novio se enfrentaran a muerte... sería algo muy doloroso para ella. Finalmente mi alma se hundió y quedó atrapada en lo más profundo del corazón oscuro. Se sentía como estar atrapado de pies y manos con cadenas negras mientras veías todo lo que tu cuerpo hacía. Ahora todo dependía de mis emociones negativas. De mi lado más oscuro.

...

Jake me miraba con una mezcla de asombro, respeto, y odio. Al parecer el hecho de sentir un poder similar al suyo le incitaba a respetar a su oponente, pero al mismo tiempo a odiarlo y verlo como su peor enemigo. Abrí mis rojos más rojos que nunca y miré al cielo. Con el Despertar del Corazón oscuro se había formado una tormenta de nubes oscuras que giraba alrededor de nosotros mientras tronaba por encima de nuestras cabezas. Millones de cuervos aparecieron y empezaron a rondar el cielo de toda Iskeria. Los cuervos... eran la manifestación de mi oscuro poder, eso junto a la tormenta, era mi verdadero ser, mi verdadera naturaleza.

La oscuridad envolvió el cielo salvo una esfera gigante que brillaba en el cielo, sin poder ser ocultada por las nubes de tormenta. La influencia del poder de Jake competía conmigo por el control del ambiente nocturno. Al final ambas energías formaron una tregua y quedaron en todo el cielo cubierto por nubes tormentosas que soltaban lluvia y al mismo tiempo brillaba la luna gigante en el cielo. Jake se puso en guardia satisfecho y aceptando el desafío. Entonces un dolor en la espalda me obligó a agacharme.

Eran un dolor punzante. Algo quería atravesar mi carne por la espalda. Soltando un grito de dolor aparecieron dos grietas en mi chaqueta por atrás. De esas grietas emergieron dos majestuosas alas de ángel negras, como la oscuridad más insondable. Eran enormes. Tanto como las de Jake. La diferencia era que las mías en vez de brillar dejaban rastro de oscuridad al moverse. Las legendarias alas de la noche. Desde el interior del corazón oscuro había visto emerger mis alas. La leyenda era cierta. Era la reencarnación de Víctor Nightshade, también conocido como: El Ángel Oscuro. Plegué mis alas y me agaché agotado por el esfuerzo y dolor que supuso sacar mis alas. Pero abrí los ojos con rastro de locura, odio y victoria.

Con un ponente grito de triunfo extendí mis alas, abrí los brazos y desperté mi aura oscura. El despertar liberaba un gran presión a mi alrededor que afectaba a todos los presentes. Aquello despertó a las chicas inconscientes que miraban sorprendidas al verme de esa manera, y se agarraban a lo que podían para no ser arrastradas por la presión que influía mi despertar. Jake por su parte aguantaba la presión colocando su arma a modo de escudo, pero retrocediendo lentamente, satisfecho de tener un rival a su altura. Los truenos se avivaron, algunos cayeron al suelo o en algunas antenas y para rayos. Los cuervos volaban más deprisa y gritaban eufóricos con el despertar de su amo. La presentación terminó.

Alma Oscura (Crónicas de la Orden. 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora