Alma Oscura (Crónicas de la Orden. 1)

Capitulo 17: Destino

Capítulo 17: Destino

(Gil)

Un escalofrío me recorrió el cuerpo. Algo no andaba bien. Lo sentía. No sabía con certeza el qué, pero cuando mi intuición se comportaba así, nunca era por algo bueno.

-Aaahhh. Ten más cuidado idiota- se quejó Jack cuando le di un golpe en su pierna herida.

-Perdón señor, ha sido un accidente- dije excusándome, aunque la verdad no lo había sido del todo.

-Hasta para curar eres un inútil.- dijo Jack mientras le curaba la pierna. Formulé un hechizo de sanación, pero me aseguré de elegir uno lento y doloroso para él. Jack se quejó de nuevo y volvió a insultarme.

-Si te duele te jodes. Me has dicho que te cure y eso es lo que estoy haciendo- dije aumentando el hechizo de curación para que le doliera más. Este se estuvo quejando y soltando maldiciones hasta que la herida se cerró. Como me hubiera gustado que se hubiera infectado.

-Ya, a ti lo que te pasa es que estás mosqueado por el resultado de mi plan con Jane- dijo Jack con una siniestra sonrisa.

-¿Cómo que tu plan con Jane?- pregunté al no haberme enterado de eso.

-¿Ah, no lo sabías? Jane y yo ideamos un plan para traer a Gilbert al castillo. Y ha salido a la perfección. Aunque Gilbert ha salido un poco mal parado- dijo Jack soltando una carcajada. Me quedé petrificado ante la idea de que Gilbert viniera aquí solo, o peor, como prisionero. No me imaginaba las atrocidades que se le ocurrirían a Jack. Además no pude evitar asustarme al escuchar eso de "mal parado". Entonces sentí cuatro presencias entrar en el castillo. Una de ellas estaba extremadamente débil.

-Mira, ya están aquí. Gilbert incluido. Oh, parece estar peor de lo que pensaba. AJAJAJAJAJAJA- rio Jack. Al oír eso me levanté y salí corriendo de la habitación. – ¡Eh!, ¿A dónde vas?- preguntó Jack al verme dejar su habitación. Yo no lo escuchaba, solo corría para ver a Gilbert. Me crucé con Cristopher que saludó pero yo lo aparte de un golpe. Gilbert, tú no puedes... Por fin llegué a donde había aparecido. En la sala de los tronos estaban Mistral, Jane, Víncent, cosa que me sorprendió bastante, y...

-¡GILBERT!- grité al verlo tumbado en el suelo sangrando con una herida muy fea en el pecho. Su cuerpo estaba totalmente manchado de sangre. Aquello que lo había atravesado le estaba matando por dentro y por fuera. Me agaché a donde estaba ignorando las miradas de los demás, y lo recosté en mis piernas. -¡Gilbert! ¡GILBERT!- lo llamaba asustado y agitaba suavemente su rostro. Pero no despertaba. Les dirigí una mirada encolerizada a los demás. Todos se aterrorizaron que les dirigiera la mirada de esa manera. -¿¡QUIEN HA SIDO!?- grité dispuesto a asesinar al responsable de esto. Miré a Mistral, pues ella había estado enfrentándose a él. Ella iba a decir algo pero Víncent la interrumpió.

-He sido yo. Yo le clavé una espada de luz en el pecho- interrumpió Víncent tomando la responsabilidad. Le miré con odio sin poder creerme lo que oía.

-¿TU? ¿PORQUÉ VÍNCENT? ¿PORQUÉ LE HAS TRAICIONADO Y LE HAS ATACADO POR LA ESPALDA?- grité exigiendo explicaciones. Víncent solo se quedó callado. Furioso por su respuesta cargué mi mano de energía oscura. Víncent miró aterrorizado como estaba a punto de matarlo de un solo ataque. Lancé mi rayo oscuro, pero Mistral lo desvió con su alabarda.

-Mi señor, Víncent no tiene la culpa. Todo ha sido obra de Jane, que controlaba a Víncent mediante un contrato.- dijo Mistral mostrándome la mano de Víncent con el sello del contrato.

-¿¡ES ESO CIERTO!?- grité mirando a Jane. Esta empezó a temblar cuando me dirigí a ella.

-Yo... yo... AAAAAHHHH- Jane gritó al sentir el poder de mi mirada roja fija en ella. Jane no podía respirar y su corazón le ardía. Todo aquel que se atreva a hacerle daño a Gilbert, morirá entre terribles sufrimientos.