Capítulo 9: "Órdenes"

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Dedicado a Grxupie, ya que antes te había dicho que te dedicaría el capítulo. ¡Discúlpenme, girls! Estuve requete (khé) ocupada con la mierdera de la escuela. :b

Abrí los ojos, sin siquiera saber en dónde estaba. Estaba segura que esta no era mi habitación.

Ni mi hogar.

Tallé mis ojos una y otra vez, intentando descifrar en dónde estoy. No sabía en donde estaba, ni con quién. Un tiempo después, la puerta se abrió bruscamente, dando a la vista una sombra frente a mí.

—Por fin despiertas—habló una voz ronca. Dirigí mi mirada a donde se dirigía la voz. 

Oh...esperen... ¡¿QUÉ?!

—¡Tú... tú...! ¡¿Qué haces aquí?!—chillé con terror. La sombra se acercó hacia dónde me encontraba—. ¡Aléjate!—tomé una almohada—. ¡No tengo miedo a usarla!—moví la almohada de un lado a otro, en signo de protección. Bueno, casi.

Me daba terror que él estuviera cerca de mí, y de que él estuviera junto a mí.

"¿Por qué me desmayé?", fue lo primero que pensé. 

—Kave, yo no sé...—Él intentó tocar mi brazo, pero al instante lo corrí.

—¡¿En dónde estoy?! ¡¿Tú que haces aquí?!—interrumpí con impaciencia.

Él pasó sus manos por su cabello.

—No lo sé—respondió finalmente.

¿No sabe? ¡¿Está jugando conmigo?! Esto está mal, muy mal. Él aquí, yo en un lugar desconocido, sin saber ni siquiera en dónde diablos estoy, el increíble dolor que atravesaba mi estómago...

Algo pasó aquí.

—Me largo de aquí—hablé imprevistamente. Él sacudió su cabeza.

—No, no te puedes ir—replicó. Fruncí el ceño—. No... no, luego te irás. Ahora no puedes irte, es... es...—Se quedó sin palabras.

—¿Por qué no puedo irme? ¿Porque tú lo dices?—inquirí. 

Él, sin previo aviso, colocó su dedo en mis labios.

Shh, manténte callada sólo un segundo.

Obedecí. Sin embargo, me dí diez mil bofetadas mentales por obedecerlo cuando estoy llena, repleta de rabia. Esto me estaba hartando. Pues, ¿por qué? Porque sí, porque esto de "No te contaré nada, cállate" no me gustaba en lo más mínimo. Me desquiciaba totalmente.

Y nadie quisiera verme como una desquiciada por las calles, gritándole a cualquier persona que se tardara una milésima de segundo más de lo normal. Todo esto estaba mal, muy mal.

—Llévame a mi hogar o...—comencé, pero él me interrumpió:

—¿O qué?

—O... o le diré a todos—murmuré. Su mirada se dirigió a mí automáticamente.

—No serías capaz—Se alejó de mí—. No soy capaz de entregarte a ellos, y tú no eres capaz de entregarme a ellas—Lo observé confundida. ¿A quién se refería con "ellas"?—. ¿No vas a entregarme a ellas? ¿Me dejarás libre?—inquirió, acercándose a mí rápidamente.

—¿A... a qué "ellas" te refieres?—fue lo único que salió de mis labios. Sin embargo, él nunca respondió.

Su mirada me escaneó el rostro, sin dejar ningún detalle se le escapara. ¿Y eso por qué? No lo sé.

¡No lo sé, maldita sea!

No entendía nada de esto, ni nada de lo que sucedía en ese mismo momento. Era como si las preguntas me derribaran y me obligaran a preguntar, a gritarlas. Pero no podía gritar, ni hablar, ni siquiera moverme de lo impactada que estaba en ese momento.

En los segundos que pensé, sin que ni siquiera me haya dado cuenta, él se había acercado demasiado a mí. Y cuando me refería era demasiado, me refería a una distancia en la que si alguno de los dos hacía un mínimo movimiento acabaríamos besándonos.

Pero no era el momento para besarnos.

—Quédate aquí unos minutos. Y estática, cómo lo estás en este momento—susurró.

Asentí inconscientemente. Cuando me percaté del movimiento, nuestros labios se estaban rozando lentamente. Fue un pequeño roce que apenas duró unos segundos.

Sólo lo suficiente para dejarme sin palabras nuevamente.

—Permanece aquí.

Y ni siquiera asentí, sólo me quedé allí estática. 

Habían pasado 11 minutos exactos desde que él se había ido. Había escuchado un par de voces en el exterior, y también el caer de artículos frágiles. Sin embargo, permanecí estática hasta que él regresó. Su rostro estaba totalmente rojo de la furia.

—Levántate—ordenó. Lo observé confundido—. Te he dicho que te levantes—Obedecí, poniéndome de pie con el mayor desgano del mundo—. Debemos irnos ahora—pasó sus manos por su cabello de manera frustrada—, ellos no tendrán miedo.

¿Ellos? ¿Qué "ellos"?

—¿A qué no tendrán miedo?—pregunté.

Su mirada se dirigió a mí por sólo segundos que parecían eternos.

—Vámonos.

n/a: ¿Quién piensan que es él? O sea, si saben quién es con el que Kavelynn habla.

¡El capítulo anterior alcanzó más de 110 leídos!

AHHHHHHH☻☻♥

Mom Is Cool. (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora