Capítulo 16: Exigente.

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23 días, no me maten *se ponía la armadura* por favor. Ya sé que te dediqué 848949439 capítulos en esta historia, Sofi, pero pasa que te amo y no sé, como que te mereces todos♥



—¡Bájala, maldito!—gritó Dallas. Oí sus pasos cada vez más cerca de mí, y sus gritos cada vez se oían más claros.


Exacto, esto sólo me pasa a mí.


Me acuesto con un chico, llega un hombre loco y me lleva a Dios sabe dónde, dejando al idiota con el que me acosté detrás mío. Esto era raro, y apenas el principio. Estaba segura que esta persona que me llevaba era Álexander, y que posiblemente me va a llevar y violarme.


Ah cierto, me he olvidado que el mundo no es así. Bueno, aunque el mío era tan raro que puede ser comparada con esas series de televisión estadounidense. Y sí, esto lo parecía.


—¡Suéltala! ¡¿Eres sordo o qué?!—gruñó Dallas, haciendo que el supuesto Álexander me subiera rápidamente a un vehículo del que no tengo idea.


¡¿Me estaba secuestrando?! ¿Qué narices era esto de "estás en la casa de Dallas, y ahora te secuestraré"?


Cerró la puerta del copiloto y rápidamente se subió a la del conductor, en la que el ojos azules, o sea Dallas, corrió hacia donde me encontraba, en un total y completo estado de asombro. Vamos, insúltame por no haberme movido de allí, pero mi estado de sorpresa no lo permitía.


Alex arrancó, y en unos pocos segundos, en los que Dallas golpeó como un desesperado la puerta del conductor e insultó como nunca, el vehículo comenzó a moverse a todo pulmón, por así decir.


—¿Me estás secuestrando?—pregunté segundos después, aún en estado de shock.


—No, sólo quería charlar contigo—contestó con tranquilidad.


¿Y a este qué le pasa? En un momento está enojado y al otro tranquilo, no entiendo a ese pedazo de idiota gigante.


—Que parece más un secuestro—agregué.


—¿Esto parece un secuestro?


—Uhm, sí.


—Bueno, no lo es—finalizó.


Miré hacia la ventana, pensando algo más que preguntarle, pero mi cabeza estaba en cero. Bien, lo estuvo por dos segundos, ya que al instante una pregunta pasó por mi cabeza.


—¿Qué quieres charlar conmigo?—le pregunté interesada.


—Preferiría charlarlo en mi casa o en alguna cafetería, y no en mi coche—respondió, echándome una mirada rápida. Tragó saliva sonoramente.


—Que sea en una cafetería, específicamente Starbucks, y quiero un capuccino, además de un muffin. Nuestro lugar debe estar contra la ventana, y debe tener esos asientos en los que puedes apoyar la espalda y son estilo sillón, ¿me entiendes? Tú también debes pedir algo, y si no haces todo lo que te acabo de pedir no charlaremos, ¿bien?

Mom Is Cool. (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora