Capítulo 20: Personas que lo valen.

106 10 4
                                    


3 meses después.

Me sentía como en esas ridículas películas adolescentes, que sinceramente amaba, en donde la chica pasaba los mejores momentos de su vida con su chico. La única diferencia que tiene con la vida real es que nunca te dicen que en cualquier momento, tendrás ese esperado golpe emocional, que hace que toda tu felicidad se vaya con el hombre ese de rojo, como decía Dallas cuando estaba borracho.

Con él las noches oscuras se volvían brillantes, nunca nada fue mal, ni lo fue hasta actualmente.

Sus brazos me rodearon, mientras ponía mi rostro en el hueco de su cuello. 

Varias lágrimas escapaban, mientras sentía el nudo en la garganta hacerse más y más fuerte. Las cosas habían venido increíblemente bien, perfectas podría decir. Pensaba que estaba confundiendo al mundo con un lugar lleno de esperanza.

Pero mi momento llegó.

Dallas y yo estábamos a punto de cumplir tres meses de pareja, lo que era perfecto, hasta que todo se fue al diablo.

Acomodé mi cuerpo contra las sillas, mientras enfermeras pasaban de un lado a otro. Mi corazón se movía tan lento como las agujas del reloj. El silencio, hacía que me profundice en los pensamientos más pesimistas posibles. 

Esperaba impacientemente un diagnóstico, y esperaba con todo mi ser que sea algo bueno.

—Todo va a estar bien...—me susurró Dallas cerca de mi oído, mientras acariciaba mi cabello con una de sus manos; la otra hacía círculos en mi mano izquierda, dándole un suave apretón de vez en cuando.

Era un pequeño y gran gesto de amor.

—No lo estará, Dallas, ya lo sabes—dije, sollozando en silencio.

Su respiración se tornó algo nerviosa, pero a la vez calma. Sentía su corazón latir lento, como el de mi madre, aunque no tan lento como el que ella había tenido aquella noche.

Desde hace tiempo, mi madre ha tenido problemas cardíacos, de los que siempre se acababa recuperando, luego de noches y noches en el hospital. Obviamente, todos esos nudos de problemas eran ocultos por su personalidad cool y su belleza impresionante, que como anteriormente había dicho, atraía hasta a la población masculina de mi instituto. 

Ella era de esas mujeres que siempre lograban sacarte una sonrisa, de esas que a simple vista no parecían tener problemas en su vida. Pero la realidad no era esa. 

La única familia que ella tenía era yo, su hija, que la acompañaba en todos sus malos momentos, para que luego ella hiciera lo mismo conmigo. La razón obviamente no era que, al consolarla, ella hiciera lo mismo conmigo en mis malos tiempos, sino que era el amor mutuo de madre-hija que sentíamos por la otra. Éramos como mejores amigas, y cuando tu mejor amiga tiene una tragedia, te destruye en mil pedazos.

Afortunadamente, Dallas pudo acompañarme en este momento, en el que se definía la vida de mi madre, su salud, todo el futuro que le restaba. Sólo necesitábamos una pisca de suerte, como la teníamos la mayor cantidad de veces, y así nuestras vidas podrían seguir como siempre. Esa cicatriz se iría curando con el tiempo, y pronto ya no estaría tanto en nuestras mentes. 

Pero yo ya sabía que la suerte podía acabarse, y tenía miedo de que esa mala suerte comenzara atacando a mi madre.

—Kave—dijo Dallas suavemente. 

Subí lentamente mi cabeza, hasta chocar con sus dolidos ojos azules.

—No debes pensar en negativo—me susurró, fijándome sola y únicamente en mí—, lo único que lograrás será empeorar tu estado. La gente siempre comete el error de tomar como una opción los malos pensamientos, pero nunca se percatan de que, si piensan de esa manera, sólo se mandarán para abajo. Y Kave..., yo no quiero verte de esta manera—continuó. Su mirada se fijó un momento hacia los corredores, donde más enfermeras seguían pasando—. Te amo, y odio ver a la persona que tanto amo de esta manera.

Al acabar de hablar, me apegué a su cuerpo tibio, evitando las lágrimas que se habían acumulado nuevamente en mis ojos. Sentí el aire mentolado que expulsaba de sus labios, e intenté, por una vez en mi vida, calmarme. Acumular malos pensamientos siempre ha sido mala idea, como dijo Dallas. 

Le di un pequeño beso en la comisura de los labios, y bajé la mirada sin decir palabra. En el momento que mi cabeza se apegó a su pecho, sentí el rápido latido de su corazón, y supe desde ese día que él nunca iba a dejar.

Él era Dallas, el chico que siempre ha sido un idiota, egoísta algunas veces, enojón, el enamorado locamente de mi madre (aunque eso acabó siendo mentira), pero a la vez el adolescente que más feliz me ha hecho. Y el único chico que realmente vale la pena en mi vida.

En momentos como estos, cuando mi madre se apegó a la vida, en los que lloré, suspiré y me alejé, él siempre estuvo y estará. Porque amé a ese idiota, desde el principio hasta el fin.

Cuando sentí los ojos pesados, a causa de las dos horas que había podido dormir anoche, le susurré lentamente:

—Yo también te amo.

Su corazón volvió a latir rápidamente.

---------------------------------

Pues..., el próximo capítulo ya será el epílogo. 

Lo siento chicas, aunque ya saben que habrá segunda temporada y un 0.5 desde la perspectiva de Dallas, obvio próximamente.

Gracias por el apoyo xx

- A.






Mom Is Cool. (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora