Muichiro Tokito

15K 857 828
                                    

Terminaste de escribir la carta, tu cuervo se encuentra parado en la mesa esperando a que se la des.

—Llevo poco de un mes escribiendo cartas para los demás, y hasta ahora nadie responde —reíste.

Tapaste el bote de tinta, dejaste tu pluma a un lado y agitaste el papel para que la tinta se secara un poco más rápido. En ese momento tu cuervo te habló, suspiraste debido a lo que dijo.

—Lo sé, es casi improbable que alguien responda a esto. Confio en ti, eh, espero que si se las des.

—¡Claro que sí!

—¿Lo llevas en la boca o lo amarro a tu pata? —preguntaste.

—Dámelo —te dijo.

Estiraste tu mano con la carta, el cuervo la tomó con su pico. Fue hasta la ventana y de ahí antes de irse, te volteó a ver, esperando a que le dijeras algo más. Acariciaste su cabeza.

—Recuerda que es a quien encuentres primero, ¿sí? Tori, ve con cuidado.

Asintió y entonces se fue volando.

Suspiraste, debes de ir a un encargo, así que como siempre haces; antes de ir a combatir a algún demonio, le escribes a alguien. No sirve de nada, aunque sólo lo llevas haciendo un mes llevas poco más de 16 cartas enviadas, ninguna respondida. Eso no te quita el ánimo de que alguien responda, lo que te alivia y te orilla a seguir escribiendo, es creer que las personas que leen las cartas tienen una sonrisa en el rostro. Pese a que cabe la posibilidad que ni siquiera la lean, sin embargo eso no te pone triste, ya llegará el día que alguien te responda. Tomaste tu espada la cual estaba recargada en la pared, abriste la puerta del cuarto y saliste, tienes que trabajar y no puedes negarte.

Mientras tanto tu cuervo volaba por el lugar, buscando a alguien que le pareciera un cazador de demonios, fue entonces que sus ojos dieron a él. Tomo dirección hacia el joven de cabello azabache, quien al parecer se dirigía a su hogar; antes de que entrara se puso en frente de él; aleteó y luego soltó la carta en frente suyo, al ver que sólo lo miró sin decir nada más, tu ave habló.

—Es para ti —señaló con su ala.

—¿Para mí?... —preguntó el chico extrañado.

Recogió el papel del piso, y lo abrió.

—No recuerdo quien pudo haber mandado esta carta —comentó comenzando a leer. —Ni siquiera recuerdo a alguien que escriba así.

—¡Tómala como un regalo! —exclamó el cuervo.

—¿Un regalo?

La paciencia de tu amigo se estaba acabando, el pilar de la niebla de por sí ya es conocido por su actitud indiferente y mala memoria, pero no debía dejarse llevar. Al muchacho parece no importarle el hecho de tener una carta en sus manos; y quizás solo la tenga porque está confundido. Su expresión neutral, ojos vacíos... Tori sólo está siguiendo tu petición, pese a que le diste muchas alternativas por si no querían aceptar, Muichiro solo está haciendo que se desespere.

—Cuando alguien te da un regalo, tu debes agradecer y dar otro a cambio...

Un "oh" de sorpresa salió de la boca de Tokito. Sus ojos se posaron de nuevo sobre el pedazo de papel, volvió a leerlo. Se quedó pensativo ya que no sabía que hacer. Tori abrió sus alas, iba a volver a volar, pero la voz del joven lo detuvo.

—Espera —dijo.

Tu cuervo está apunto de perder la paciencia por completo.

—Quedate ahí —ordenó.

Kimetsu no Yaiba | One Shots  | #2 PAUSADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora