𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕: 𝐉𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫

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Año 845
Ciudad Subterránea
10:00 am
Nadine Amil

Ackerman es un poco inusitado, ni siquiera dijo a dónde iba y me dejo con la palabra en la boca, cosa que odiaba muchísimo, pero bueno. No iba a sobre pensar las cosas, así que limpié el poco desorden que había y empecé a prepararme para trabajar. Tampoco habíamos llegado a un acuerdo de lo que haríamos, más bien sólo había propuesto mi plan cuando minutos después el salió. No me dijo nada, no reafirmó su desacuerdo así que yo proseguiré con lo que me corresponde.

Me había colocado un vestido de cuero negro corto y mis típicas zapatillas, recogí mi cabello en una coleta y me maquillé, tomé un bolígrafo y un pedazo de papel para así redactar: "Me fui a trabajar. NA."
No sabía porque dejaba aquella nota, pero sentía la necesidad de hacerlo.

—¡Nadine! Joder que Culo...— La chillona voz de Isabel se hizo presente, dirigí mi mirada hacia ella y rodeé los ojos—

— ¿Hay un problema con mi Culo? — Cuestione cuando por fin me había alcanzado— Llegas tarde

— No, ¿cuánto dices que cobras por hora? Que con ese vestido hasta yo te traigo ganas. — Sonrió coqueta mientras daba una nalgada

— La amenaza de mi mirada provocó que dejase de reír haciendo una reverencia de disculpa— No vuelvas a tocarme

—Lo siento, por cierto, tenemos que ir con Elize para comprar preservativos. Escuché que El doctor Jaeger vendrá a proveer más. — Me detuve en seco y la mire atenta.

—¿Dices que el Doctor Jaeger vendrá, Hoy? — Afirmó, Por las Armas del señor A, hoy es mi día de suerte— Pensé que vendría hasta la próxima semana.

— Alek me dijo que varias personas necesitaban de su atención, por eso vendrá y aprovechará a traer producto.

—Entiendo... Por cierto, ¿sabes donde puedo conseguir Amnesia? — A lo que tenía entendido, la única manera para que Jaeger viniese, es si había bastante dinero de por medio, se que no vendría a dar atención médica si no a traer varias dosis de Sérum.

[...]

Las horas pasaban al igual que el trabajo, no me podía permitir tener mucho trabajo ya que necesitaba estar alerta para cuando Grisha Jaeger llegase. No habían pasado ni diez minutos de mi último trabajo cuando mire una carroza posarse enfrente de la tienda de fármacos, me acerqué adentrándome antes de que Jaeger entrase.

—Eren, cuánto tiempo. ¿Cómo está Grisha? — ¿Eren? Joder era tan Perfecto para ser cierto—

—Alek... Mi padre tuvo que ir a consultas en el muro Sina— Respondió sereno y colocó un maletín en la barra de aquel lugar mientras otras personas sacaban las cajas de los medicamentos.— ¿Por que no vas ayudar Alek? —El contrarío regañadientes sonrio sarcásticamente e hizo caso omiso.

Ok, Eren es hijo de Grisha, El señor A siempre me ha dicho que siempre hay que verle la ventaja a la desventaja, la desventaja aquí es que Grisha no vino y Eren no conoce mis servicios, y la ventaja sería que los va a conocer.

—Me acerqué a la barra para recargarme en ella y dar mejor vista de mi cuerpo que era moldeado por el vestido negro— Hola Bob, ¿me das preservativos?

—Claro Nadine, ¿de los mismos? — Podía sentir la mirada pesada del castaño recorrer mi cuerpo, provocando una sonrisa coqueta en mi rostro.

𝐒𝐞𝐫𝐮𝐦 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora