La presentación

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Mi madre no me dejó ver la película a gusto porque se me acercaba cada poco y se ponía a hablar conmigo de los de la manada y todos esos.
Según ella, que ha insistido mucho, dice que me integraré bien en la manada, y que les caeré bien a todos. Incluso hay personas de mi edad había dicho mi madre como para animarme.
A mamá la veo super feliz y me parece estupendo, casi nunca he pasado ningún momento madre e hija así que !e gustaba estar con ella aunque solo fuera en silencio.
No dejo de pensar en mi abuela, que me regaló una preciosa mascota antes de irme.

No dejo de pensar en mi abuela, que me regaló una preciosa mascota antes de irme

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Mi huroncito Mickey.
Soy muy poco original para ponerle nombres a los animales, y me avergüenzo por ello. Quería ponerle algún nombre de algún dios griego, pero preferí Mickey, aunque Draco no hubiera estado mal.
Fui a casa a por el para enseñárselo a mi madre y al principio le dió un poco de miedo pero luego cuando se subió a su cuello vio que no era para tanto y empezó a jugar con él. Después de descansar un rato seguimos con las tareas de la casa y en eso, cuando nosotras estábamos fregando los platos, entró mi padre con algunos miembros de la manada.
- Veo que ya volviste.- dijo un poco serio.
- Hola papá.
Lo abracé con todas mis fuerzas pero se separó de mí, porque Mickey empezó a gruñirle al acercarse a mí tanto. A veces pienso que puede llegar a ser mi guardaespaldas.
- ¿Desde cuándo tienes mi permiso para tener ese bicho en casa?- dijo asustado
- Desde nunca, ¿por qué preguntas?
- Porque tengo autoridad aquí.
Alcé una ceja
-Tendrás autoridad pero responsabilidad ninguna. - dijo mi madre detrás mío. - Te olvidaste de recogerla en el aeropuerto.
Toda esta discusión con los miembros de la manada delante.
No te creas que dejaban intimidad, no. Se quedaron a escuchar como unos cotillas en potencia.
- Bueno, ya hablaremos de esto más tarde- dijo al ver que estaban los otros a ver cómo se enteraban del chisme-  ahora preséntate. -dijo mi madre.
- Bueno, pues... si no hay remedio.
Me fui hacia ellos y dije.
- Hola, la mayoría os estaréis preguntando quién soy y que hago aquí:bueno pues, empezó con mi nacimiento, mis padres le gustaba lo que le encanta y a sus 18 años, pues básicamente me pusieron a mi en proyecto. Bueno, el caso es que cuando fueron a visitar a mi abuela en California, mi madre se pone de parto y me expulsó de su organismo allí. Por miedo a que me pasara algo y evitar que me transformara al estar en contacto directo con vosotros, mis padres, estos dos individuos de aquí- dije señalando a Sam y a Emily- me dejaron con mi abuela en California.
Me llamo Alice Uley,  tengo 16 años, toco el piano y el violín, hago kickboxing y quiero ser cirujana.
Ahora me he mudado aquí porque dentro de poco me convertiré probablemente por mis genes en lobo y mi padre me ha obligado a  venir aquí para tenerme más vigilada lo que viene a ser, pues como las chicas no se suelen transformar pues.... Bueno, que estoy esperando con ansias esa metamorfosis porque quiero que haya un poco de acción en mi vida. ¿Alguna pregunta?
Nadie habló. Creo que pude escuchar los grillos de fuera y dirigiéndome a mis padres dije
- Creo que lo han pillado.
Me voy a mi casa y escucho a mi madre decir
- Por fin nuestra pequeña está en casa.
Me giré y dije
-¡Mamá! No soy una niña de 3 años, por favor.
- Como si lo fueras.- dijo sonriente.
- Ya, oye pues no estaría mal ni la de cosas que me quitaba por hacer- dije a modo de reflexión
Me dirigí a mi súper chalet y le di de comer a Mickey.
Me puse a leer "Antes de diciembre " por septuagésima vez.
Hasta que alguien llamó a la puerta. Esperemos que sea Jack Ross.

Mi lobita. - Seth Clearwater y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora