De vuelta al insti

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Ya era 1 de septiembre y hacía más calor que en julio. Yo al tiempo no lo entiendo, rebipolar.
Mis padres me habían permitido volver a ir a mi casa porque ese es mi hábitat natural de estudio en el que me concentro mejor.
Excusa barata para que Seth vuelva a vivir conmigo.
En fin, que estaba limpiando el polvo y colocando toda la comida en el refri que había traído Seth para volver a vivir de forma normal en casa.
Seth había conseguido un puesto de trabajo como camarero, y aunque no le pagaban mucho, el estaba feliz porque decía que traía dinero a casa y que eso era muy importante en una familia.
Olaf jugaba con Mickey por el salón y las escaleras, y mi madre nos ayudaba a pasar la aspiradora o a poner el lavavajillas.
Por otro lado estaba mi padre, que estaba investigando nuestra habitación a fondo por si se encontraba algo raro.
En eso que bajó corriendo las escaleras y haciendo drama enseñando una caja de pastillas.
- Esto que es? Ay mira Emily, son anticonceptivos.
- Son unas aspirinas, animal.- dijo mi madre con tono aburrido.
- No estaréis durmiendo juntos.- me dijo mi padre.
- Qué.. no. Sam, yo respeto la privacidad de su hija.- dijo Seth totalmente sereno. No sé cómo puede controlar tan bien los pensamientos para que no lo capte mi padre por la telepatía lobuna.
- Más te vale. Por cierto, esas otras cuatro habitaciones, para que las utilizáis. - preguntó mi padre modo incógnito.
- A ver, papá. Una es la grande, es decir la matrimonial. Otra es mi estudio, y las otras son en las que dormirán nuestros hijos.
- QUEE?!
- Hija no le digas eso a tu padre que sabemos que está frágil con estos temas.
- Ya ya, vale , perdón.
Al día siguiente, nos dimos cuenta que Jacob había vuelto.
- Como es que habéis vuelto tan pronto.
- Adivina quién es más sobreprotector que Sam. Exacto Edward y para evitar que Renesme se embaracé nos ha traído de vuelta como si no la fuera a embarazar aquí.
- Por dios que toxicidad. Por cierto, y vuestra casa?- le pregunté
- Es aquí en la reserva. La que se vendía cerca del instituto
- Alala esa que era bien grande?
- La misma
- A ver, a quien le has robado la tarjeta bancaria?- dijo Embry.
- Qué? A nadie ha sido con mi dinero.
- Ya ... Y yo soy Tom Holland- dijo Seth.
- Eres mi Tom Holland- le dije yo a Seth mientras le pellizcaba un brazo.
- Y Renesme como se lo ha tomado?- preguntó mi madre
- Pues mal, no ha ido a verlos todavía y creo que a su padre no se lo va a perdonar en la vida.
- Y Oreo?
- En su línea. Rompió las cortinas, el asiento del coche, dos correas, cinco sillas y poco más.
- Ah, que majo.
- Y ha crecido un montón. - dijo Jake.
Semanas después, empecé el instituto y mi lobito me llevaba de acá para allá, aunque algunos días no podía porque está estudiando y preparando lo de policía.
Este verano había mejorado mis habilidades, y ya podía hacer lo que me diera la gana con mis poderes, así que recogía más rápido, hacía la comida a velocidad rayo y tenía más tiempo para estudiar. Este año era diferente, como solo quedan dos años para empezar la universidad, los profesores no hacen más que meternos caña y eso que solo estamos a principios de curso.
Seth lleva muy mal lo de el instituto, pues dice que no estoy con el y tanto como antes y está muy triste.
Además como estudio mucho para llegar a medicina, casi no salgo de la habitación y solo nos vemos en la comida y cuando nos vamos a dormir.
Los primeros exámenes fueron muy bien. Tenia la nota más alta en todas las asignaturas salvo en química que se me da como el puto culo y en esa tengo un notable.
Diciembre llegó antes de lo esperado y yo ya olía a vacaciones y la verdad las necesitaba, porque necesitaba pasar tiempo con mi pequeño lobito.
Descubrí que lo que más le gusta a Seth a parte del verano, es Navidad, y desde Halloween ya me pedía poner el árbol.
Como estaba muy liada con exámenes, quedamos en que no compraríamos ningún tipo de preparativo hasta que acabaran las clases, porque nos hacía ilusión ir a los dos.
Seth iba bien con lo de las pruebas de policía y como todavía no tenía exámenes, que solo eran pruebas físicas, estaba encantado, aunque quería que llegaran las vacaciones más que yo.
Y aunque él ya estaba tonificado, ahora se le marcaba todo con mayor claridad y eso hizo que le subiera un poquito el autoestima.
El 15 de diciembre acabé los exámenes y ese día lo celebramos yendo a comer a la playa, eso sí, con un montón de mantas y ropa porque hacía un frío.. pero el caldo que hice estaba riquísimo y luego asamos un poco de carne en la lumbre, que también nos sirvió para calentarnos.
Al día siguiente, que era sábado nos despertamos a las diez de la mañana y tras quedarme en mi pijama navideños que se trataba de unos pantalones rojos con copitos blancos, que era el mismo tacto que el de una oveja y una camiseta de manga larga igual que los pantalones pero con unos dibujos de Mickey y Minnie navideños, preparé un desayuno calentito y a las doce nos fuimos al pueblo a comprar lo necesario.
Llegamos a casa con el maletero del coche de Leah lleno.
El árbol de Navidad, las luces, un montón de adornos para casa que a Seth se le antojaban, unos cuernos para Olaf, el Belén....
Teníamos todo, no nos faltaba de nada
Además, habíamos ido a comprar al súper y Seth estaba como un niño pequeño. Todo lo que veía de Navidad lo metía en el carrito de la compra y pues luego cuando íbamos a pagar me enteraba y el me miraba con ojos de cachorrito y pues no le podía decir que no. Esos cuadros que había conseguido se le iban a quitar en menos de un mes.

Mi lobita. - Seth Clearwater y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora